Cuarenta años de dignidad rebelde

AutorJohn M.Ackerman

Desde entonces, la consigna "Así somos y aquí estamos" ha inspirado la actuación de quienes forman parte de esta digna empresa editorial.

Frente a los embates del poder, Scherer García y sus colegas se negaron a aceptar la derrota o a darse por vencidos. Insistieron terca y dignamente en seguir con su lucha de informar y transformar a México. Hoy todos los mexicanos tenemos que ser profundamente agradecidos con este pequeño grupo de grandes héroes por su contribución a la construcción de una sociedad más crítica, irreverente y valiente.

A pesar de los grandes esfuerzos de los periodistas profesionales, poco ha cambiado en México a lo largo de los últimos 40 años. El poder sigue siendo igual de despótico y hoy hacen falta más que nunca expresiones de honestidad y dignidad rebelde como Proceso.

El golpe a Proceso en 1976 se repitió con el despido de Carmen Aristegui de MVS Radio en marzo de 2015. La masacre de estudiantes en Tlate-lolco en 1968 se revivió con la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural "Isidro Burgos" de Ayotzinapa en 2014. El fraude electoral de 1988 que colocó a Carlos Salinas de Gortari en la silla presidencial se repitió en 2006 con el fin de cerrarle el paso a Andrés Manuel López Obrador y enviar a Felipe Calderón a Los Pinos.

La descarada corrupción de José López Portillo (1976-1982) se queda corta frente al saqueo descarado de recursos públicos ocurrido durante el actual sexenio de Enrique Peña Nieto, que se inició en 2012 y concluye en 2018. La violencia de Estado ejercida el 10 de junio de 1971 contra estudiantes indefensos encuentra su símil hoy en el ataque cobarde de la Policía Federal a maestros y pobladores de Nochixtlán, Oaxaca, el 19 de junio de 2016.

Desde su nacimiento, Proceso ha sufrido un boicot casi total con respecto a la compra de publicidad tanto privada como gubernamental. La revista sobrevive hoy de la misma manera en que lo ha hecho desde sus inicios: gracias a la generosidad y la lealtad de sus lectores que compran con asiduidad el semanario y sus publicaciones. Esta situación a veces genera dificultades financieras. Sin embargo, también es la mejor forma para garantizar la absoluta independencia de la revista de los poderes públicos y privados.

Llama la atención la forma en que el Estado mexicano utiliza hoy las mismas estrategias de antaño para recubrir y disimular su carácter autoritario. En adición a los ataques directos contra los medios de comunicación, estudiantes y luchadores sociales, cada vez más...

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