¿Cuánto vale una madre?

AutorSabina Berman
  1. El primer amor, aun antes de salir al aire del planeta, es el que nos une con nuestra madre, en cuyo interior vivimos. Un afecto cuya sustancia es alimenticia y eléctrica. Cuya urgencia es de vida o muerte. Si en los primeros meses de vida de un feto o en el primer año de vida de un bebé, no fluye el amor de la madre, si ese flujo por alguna razón se suspende, lo que sigue es la nada de la muerte.

  2. "Un hombre de madre no nacido, ¿quién es ese monstruo?", se inquieta Shakespeare a través de Macbeth. "No tienes madre", insulta el mexicano a quien no es capaz de lealtad. "Un ser de mala leche" se llama al que es mal intencionado por naturaleza. En ese primer vínculo de la maternidad, se imprime en nuestra biología el ciclo de cómo y cuánto de adultos amaremos, y de cómo y cuánto odiaremos también.

  3. Para ser madre se requieren habilidades culinarias, pedagógicas y administrativas. Se requiere una disponibilidad de tiempo ilimitado. Se requiere además una disposición absolutamente altruista: desgastarse para el bien de la hija, del hijo, en la felicidad de hacerlo. La maternidad es el trabajo más exigente del mundo, y también, el más importante para la especie. Tan sencillo: sin madres no habría especie humana.Tan claro: sin buenas madres, la especie, malvada, también se extinguiría.

  4. Y sin embargo, cuando un mexicano dice "vale madres", significa que algo no vale nada. Y no se equivoca. Esto ha hecho el Estado sexista con la maternidad, desde que el Estado es sexista: esquinarla y convertirla en un cero. Tomarla como un hecho natural, espontáneo y gratuito, un cero. Mitificarla y cantarle loas y llevarle flores el 10 de mayo, y de nuevo valuarla en cero.

  5. Si usted ha seguido leyendo hasta este número 5 de esta entrega, es muy probable que sea una madre. O una mujer que se imagina en un futuro como madre. Y es muy probable que si es hombre no haya leído hasta acá. Porque la cultura lo protege a usted de obligaciones concretas hacia las madres con un velo de olvido. Usted presiente la amenaza de un torrente de nuevas obligaciones si usted recuerda lo que tras ese olvido existe. ¿Es usted hombre y ha seguido leyendo? Es usted una excepción admirable. ¿Es usted mujer y no le inquieta que este pueda ser un texto únicamente leído por mujeres? Inquiétese. Vuelva política su inquietud.

  6. Ah dios, otro intelectual demócrata que no quiera hablar de la maternidad o el trabajo doméstico, porque le parece un tema menor, insignificante, un cero...

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