Cruzada electorera

AutorMarcela Turati

La bebé murió por diarrea. Cada biberón con fórmula para lactantes que ingirió contenía agua contaminada. La mamá pensaba que la mezcla líquida era mejor que la leche que su propio organismo generaba. Además, en el pueblo esa es la moda. En esa comunidad indígena, una de tantas perdidas a lo largo del territorio nacional, inmersa en la miseria extrema, no había plantas potabilizadoras.

Este tipo de muertes se repite en muchas localidades rurales. Sólo en el sexenio pasado la lactancia materna se desplomó 50% entre las familias más pobres. Ese abandono del amamantamiento es -a decir de expertos del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán- una de las primeras causas de la desnutrición y muerte infantil.

Por eso no se entiende que la Cruzada Nacional contra el Hambre, impulsada desde la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), deje en manos de trasnacionales la capacitación nutricional de la población marginada.

Está por definirse cuáles serán las compañías productoras a las que el gobierno federal comprará los alimentos que se distribuirán entre casi 5 millones de personas de los 400 municipios donde se combatirá el hambre.

En conferencia de prensa, Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Social, anunció que en las redes sociales se promoverán actividades como las siguientes: por cada lifee que reciba la página de Facebook de la cruzada, empresas productoras de leche donarán 250 mililitros a niños de las comunidades atendidas. Habrá concursos de cortometraje y fotografía, un concierto musical en el que la asistencia constará de "un kilo de ayuda", así como subastas en TWitter.

Para el viernes 19, adelantó, el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva -surgido de las filas de la izquierda y famoso por su programa Fome Zero (Hambre Cero), modelo en el mundo del combate a la desigualdad- dictará una conferencia magistral. También vendrá el director de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), José Graciano da Silva, quien dirigió en Brasil el Fome Zero.

A decir de varios expertos, sin embargo, el programa mexicano parece ser una copia deslucida del brasileño, pues no ataca causas estructurales de la pobreza, como los bajos salarios, pero sí reproduce sus errores, como el criticado convenio que el gobierno del país sudamericano firmó con Nestlé, aunque la sociedad civil terminó por echarlo atrás.

En una carta dirigida a Lula y fechada en 2004, la organización Red Ibfam señaló: "45%...

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