Crónica de una negociación casi perfecta

AutorNeldy San Martín

El proyecto de creación de la Guardia Nacional aprobado por unanimidad en el Senado tiene una trampa, que resultó clave para que se lograra un consenso: el mando será civil, pero se abre la posibilidad de que lo ocupe un militar en retiro.

La noche del miércoles 20, después de 20 días de reuniones privadas de senadores de Morena con el bloque opositor, integrado por el PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano, en un salón de la presidencia de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, las negociaciones para sacar la Guardia Nacional estaban a punto de romperse.

El bloque opositor no cedía en la exigencia de que el nuevo cuerpo de seguridad fuera una institución civil y rechazaba la Junta de Jefes de Estado Mayor, mientras que el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, y los enviados del Ejecutivo, la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, así como la Secretaría de la Defensa, insistían en que no servía de nada una Guardia Nacional sin disciplina militar.

A las 12 de la noche, con la negociación a punto del naufragio, surgió una idea del equipo que apostaba por la Guardia Nacional militar: tendría mando civil, pero el texto no descartaría a los militares en retiro.

Pese a que, según el especialista en derecho militar César Gutiérrez, la Ley del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos señala que los militares en retiro no dejarán de ser militares, la opción fue respaldada por los coordinadores de los grupos parlamentarios, según relataron senadores que estuvieron presentes.

"Lo que les preocupaba a ellos (Morena y gobierno federal) era la disciplina militar, no tanto que pudieran ser o no sometidos a tribunales civiles", reveló la fuente.

Así fue como se negoció: no se someterán a la justicia militar, pero tendrán un régimen interno homologado al de las Fuerzas Armadas en estructura, jerarquía, disciplina, régimen de servicio, ascensos, prestaciones, ingreso y profesionalización.

El presidente Andrés Manuel López Obrador lo había declarado en su conferencia de esa mañana: no quería una reedición de la Policía Federal. Pero a Ricardo Monreal no le alcanzaban los votos: al tratarse de una reforma constitucional requería mayoría calificada, es decir 85 votos.

Con 59 senadores de Morena y seis de sus aliados del Partido del Trabajo y cinco de Encuentro Social juntaban sólo 70 votos. Las senadoras morenistas Nestora Salgado, de Guerrero, y Blanca Estela Pina, de Michoacán, estados desbordados por la...

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