Sobre la crisis de legitimidad del sistema político mexicano: Notas para un nuevo acuerdo

AutorRaúl Romero
CargoPasante de sociología. Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Páginas369-373

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Rubio, L. y E. Jaime (2008), El acertijo de la legitimidad. Por una democracia eficaz en un entorno de legalidad y desarrollo. México: Fondo de Cultura Económica-CIDAC.

¿Cómo establecer un marco institucional que a la vez que promueva el desarrollo del país, sea legítimo? Ésta es la pregunta central que guía la discusión del libro que nos presentan Luis Rubio —doctor en Ciencia Política por la Brandeis University, columnista del diario Reforma y presidente del Centro de Investigación para el Desarrollo A.C. (CIDAC)— y Edna Jaime —Licenciada en Ciencias Sociales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y columnista del periódico El Economista—, el cual busca desentrañar los orígenes de la crisis de legitimidad que vive el sistema político en México.

Según los autores, el principal déficit del Estado mexicano es su falta de legalidad, problema que encuentra sus raíces en la propia conformación del Estado-nación. Al respecto, sostienen que la nación mexicana es producto de una imposición de fuerzas extranjeras, de ahí que el Estado mexicano no sea fruto de un contrato social a la manera de Rousseau. Dicho de otra forma, México, al igual que muchos otros países que fueron colonias, se caracteriza por contar con estructuras políticas y legales impuestas por fuerzas externas-superiores.

Y aunque esto sea cierto, también es importante recordar que durante la Colonia —no así en la Conquista—, los pueblos originarios que fueron derrotados y asimilados, “reconocieron” las figuras de poder impuestas por la corona española, que tuvo que hacer ciertasPage 370concesiones o tolerar formas distintas de organización, siempre y cuando éstas no atentaran contra sus intereses. Así sucedió hasta la Independencia, cuando las clases mestizas, apelando a su soberanía y capacidad de autogobierno, reclamaron para sí las estructuras de poder de la nueva nación. Es decir, la batalla no sólo fue por la posesión de los medios de producción, sino también vino acompañada de un discurso de identidad y renovación de las instituciones políticas. A esto siguieron años políticamente bastante convulsos e inestables: desde conflictos internos (conservadores vs. liberales), invasiones extranjeras (EUA y Francia), hasta la pretensión por parte de los Habsburgo de restaurar el Imperio. Por eso, señalan los autores, Porfirio Díaz construyó una legitimidad basada en el proceso de pacificación, modernización y crecimiento económico, pero fue, sobre todo, una...

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