"Crímenes del futuro"

AutorJavier Betancourt

Saul excreta órganos más rápido que de lo que le crece el cabello o las uñas, y la constante poda quirúrgica lo mantiene adolorido (a él sí) y postrado en una especie de cama diseñada especialmente; entre capullo y sarcófago, sarks (carne), nombre del aparato, da la idea de un proceso de metamorfosis vicioso, un útero madre, crisálida, que lo alimenta y le crea una dependencia que le dificulta salir y culminar. Ante estas formas de evolución orgánica, el Estado ha creado un registro nacional de órganos como forma de control. No podía faltar un grupo de evolucionistas radicales que deben infiltrarse.

Las atrocidades abundan, el lenguaje exclusivo de Cronenberg, el horror asociado a la corporalidad y a sus procesos fisiológicos establece el tono desde las primeras escenas, donde un niño de ocho años se alimenta de desechos plásticos para luego ser sofocado por su propia madre horrorizada con su vástago; autopsia pública, una forma de sexo oral que crea una distancia total con el espectador, porque como confiesa el protagonista, "ya no me interesa la vieja forma de practicar el sexo".

Casi octogenario, el realizador canadiense parece poco interesado con el erotismo que exploró en Crash' (1996), por ejemplo, en el que la velocidad, los choques de automóviles despedazados y cuerpos heridos o mutilados mezclados con metal formaban un compuesto intensamente...

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