El credo teatral de Bruno Bichir

AutorColumba Vértiz De La Fuente

Es de lo más íntimo que ha realizado en muchos años. Bruno Bichir se apasionó con la obra teatral Paisaje marino con tiburones y bailarina, del estadunidense Don Nigro, desde que se la mostró la actriz Tato Alexander, y la montaron. Los dos la protagonizan, y él, quien también es el director, le da larga vida al proyecto.

"Se ha convertido en un peda-cito fundamental para entender mi vida, mis obsesiones, mis preocupaciones creativas, personales, artísticas e investigadoras. Paisaje marino... es algo entrañable que espero que dure muchos años. Es chiquiti-to y controlable en su simplicidad, y por lo pronto estaremos con él todo 2013", asegura Bichir:

"Por supuesto hay otros ofrecimientos, otras cosas que se atraviesan en mi vida profesional y que cumpliré, pero no dejaré de laborar en este proyecto. Hace muchos años que no teníamos un proyecto así, desde Malcom contra los eunucos", dice. O La historia del tigre, monólogo que eventualmente realiza desde hace 10 años, "pero del que nunca he hecho temporada".

Paisaje marino con tiburones y bailarina se presenta en el Foro Shakespeare (Zamora 7, Condesa) los viernes a las 20:30 horas, los sábados a las 19:00 y 21:00 horas y los domingos a las 18:00 horas.

Proyecto de vida

Bichir rememora que la primera obra que dirigió fue Tren bala, en el Foro Shakespeare, alcanzando las 260 representaciones, cosa que lo sigue sorprendiendo:

El foro es un espacio muy pe-queñito, para 30 personas, aunque luego no van ni cinco, ni siquiera van gratis. Entonces, tener 260 funciones de esa obra para mí fue muy importante en todos los sentidos, y se truncó la temporada porque se enfermó el protagonista y después falleció: Heriberto del Castillo.

Paisaje marino... transcurre durante una noche en la playa, y el escritor y bibliotecario que protagoniza Bichir encuentra a una chica desnuda ahogándose en el mar, llamada Tracy. Él la rescata y lleva a su casa para que se recupere; pero, al despertar, Tracy está todo menos agradecida porque no se ahogaba, le aclara ella: estaba bailando. Así da inicio una historia de amor que motiva las siguientes reflexiones a Bruno Bichir:

¿Tiene sentido hablar una y otra vez de la necesidad o necedad humana de entendernos amorosamente? ¿Somos capaces de enamorarnos como un proyecto de vida, capaces de ceder, de dar, entender y escuchar? ¿Nos enamoramos por empatia, voluntad, arrebato, enculamiento, conmiseración o por intuición? ¿Nos enamoramos del otro al mismo tiempo que el otro...

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