Crece la organización ciudadana ante el fracaso del Estado

AutorJosé Gil Olmos

“También hay grupos radicales que se están organizando, como los que mandaron la bomba al Tec de Monterrey. Esto también tiene que tomarlo en cuenta el gobierno, sobre todo ahora que vienen las elecciones. No sabemos qué va a pasar con los excluidos, y menos si los márgenes de victoria son otra vez muy pequeños”, sostiene la doctora en ciencias políticas por la Universidad de Iowa.

Advierte que aunque el número de organizaciones sociales en México no es tan grande como en otros países, el gobierno y los partidos políticos deberían estar atentos a lo que sucede en Inglaterra, España, Chile y Argentina, donde los excluidos del sistema se están manifestando de manera violenta porque el Estado no satisfizo sus necesidades.

“Lo que veo es algo que sucede no sólo en México sino en varios países, y es que la sociedad civil se moviliza como expresión de inconformidad ante la incapacidad de hacerlo por los canales tradicionales de representación, como los partidos. Los ciudadanos ya no se sienten representados, ya no ven a los partidos como canales legítimos”, afirma en entrevista con Proceso.

En su libro Sociedad civil organizada y democracia en México Somuano señala que el número de organizaciones civiles pasó de 2 mil en 1994 a 10 mil 620 en la actualidad. Este fenómeno, explica, se da porque la sociedad ve que el Estado se retrajo de actividades importantes al aplicar las políticas neoliberales.

Explica que ha habido momentos específicos en la historia reciente en los que han surgido organizaciones sociales que demandan mayor eficacia estatal. Primero fue el terremoto de 1985 en la Ciudad de México, cuando surgió el movimiento urbano popular que políticamente se expresó en las elecciones de 1988 con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas.

Después vendría la actividad de la sociedad civil acompañando la movilización del EZLN en Chiapas en 1994 y después en la elección de 2006. Desde entonces no se había presentado otro más, hasta el surgimiento del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que encabeza Javier Sicilia.

Explica: “El Estado mexicano es incapaz de brindar seguridad a sus ciudadanos que, hartos de una situación de ineficacia gubernamental, deciden salir a las calles a decir: ‘Hagan algo, porque no podemos seguir así’”.

–¿Cuáles son los riesgos para el Estado o para el gobierno de no escuchar a esas organizaciones?

–Depende mucho de la organización. Hay algunas a las que no oyen, no las va a tomar en cuenta nunca y van a permanecer...

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