La corrupción lo acorrala

AutorAndrés Carvas

RÍO DE JANEIRO.- El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva puede estar viviendo sus últimos días o semanas en libertad. Las causas judiciales y las investigaciones por corrupción y lavado de dinero se acumulan contra quien fue un líder histórico cuyo legado puede quedar seriamente dañado por la supuesta recepción de favores.

Todo comenzó el viernes 4. Eran las cinco de la mañana cuando los autos sin distintivos de la Policía Federal entraron al estacionamiento del edificio Hill House, en el centro de la ciudad Sao Bernardo do Campo. A las seis de la mañana los policías subieron hasta el último piso y activaron la fase 24 de la operación Lava Jato (Limpieza), sin duda la más sensible y probablemente la de mayores repercusiones para un Brasil cuya crisis de credibilidad no para.

Allí estaban Lula y la exprimera dama, Marisa Leticia, segunda esposa del exsindicalista. Con una orden judicial bajo el brazo de "conducción coercitiva" -una especie de arresto para testificar- firmada por el juez Sergio Moro, quien dirige desde la ciudad de Curitiba la operación Lava Jato, los agentes anunciaron al exjefe del Estado que debía testificar en la comisaría situada en el aeropuerto de Congonhas, en Sao Paulo. El interrogatorio tenía que ver con las sospechas de que él y al menos uno de sus hijos habrían participado -mediante varias empresas y colaboradores- en la trama de corrupción de Petrobras.

Irritado, Lula se negó y dijo que sólo saldría esposado. Tras una llamada a uno de sus abogados aceptó abandonar Sao Bernardo -zona residencial en la periferia de Sao Paulo, rica e industrializada, donde Lula consolidó su carrera de sindicalista y forjó su aura de líder social en los ochenta- hacia la sede policial.

Poco después, las televisoras del país reportaron la noticia e incluso desplegaron helicópteros para intentar captar la imagen de Lula, "uno de los mitos políticos de la izquierda brasileña y latinoamericana", escoltado por la policía. Grupos pequeños de detractores y defensores se enfrentaban en escaramuzas a las puertas de su departamento.

Cinco días después, en otra causa judicial en Sao Paulo y sin relación -pese a las simbiosis- con el Lava Jato, Lula, su esposa y uno de sus hijos eran formalmente denunciados de lavar dinero, por ocultar la propiedad de un lujoso departamento triplex. En el conocido como "caso Bancoop-OAS", el Ministerio Público de Sao Paulo pidió incluso la prisión preventiva del expresidente para evitar "amenazas a víctimas y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR