Rafael Corkidi, experimental, arrojado, censurado

AutorNiza Rivera

Con la muerte de Rafael Cor-kidi el miércoles 18 en su casa de Boca del Río, Vera-cruz, a los 83 años, "de manera suave y casi en silencio, contrario a lo que fue su vida profesional, se cerró un capítulo importante del cine independiente", a decir de Víctor Ugalde, presidente de la Sociedad Mexicana de Directores-Realizadores de Obras Audiovisuales.

Visionario y marginado al mismo tiem-po, el cinefotógrafo y director, que obtuvo el Ariel de Oro este año por 60 años de trayectoria, fue rememorado por Ugalde como pionero del filme en video en la década de los ochenta -al grado de que "todos ahora filmamos así"-, y se refirió a su trabajo de fotógrafo con el cineasta Alejandro Jodorowsky y de la censura a la que fue sometido siempre.

"Afortunadamente creo que logró cerrar el ciclo de su vida. De lo último que hizo fue la película El maestro prodigioso (2010), apoyado por el Instituto Mexicano de Cinematografía. Después de esa película ya no lo volví a ver, sabía que vivía en Veracruz, que tenía su escuelita en Boca del Río.

Con su muerte se cierra un capítulo del cine independiente mexicano, un cineasta que pudo debutar en 16 milímetros en el Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica, Similares y Conexos de la República Mexicana (STIC) haciendo comerciales, documen-tales, y después desarrollar su carrera en 35 milímetros -que era muy caro-. Fue un adelantado para su época, su imaginario nunca circuló en las salas, así que podría decirse que siempre estuvo marginado.

Se inició en la fotografía comercial. Desde joven se interesó por la imagen fija y el cine, y hacia 1952 trabajó en los noticiarios Cine Mundial y Cinescopio. Fue asistente de personajes como Nacho López, Rubén Gámez y Antonio Reynoso; con él había fotografiado la cinta El despojo (1960), dirigida por éste y escrita por Juan Rulfo, donde se experimentó con los tiempos y el espacio, tanto como lo había hecho el narrador en Pedro Páramo. Prácticamente no se exhibió y se convirtió en un mito fílmico, hasta que se consiguió su recuperación a finales del siglo pasado.

Pero comenzó su carrera como cinefo-tógrafo en el Primer Concurso de Cine Experimental de 1965 con Tajimara, de Juan José Gurrola, basado en un cuento de Juan García Ponce. Entonces formaba parte del grupo Nuevo Cine.

Y en los setenta trabajó como fotógrafo de cabecera al lado del director chileno Alejandro Jodorowsky en los filmes Fando y Lis (1968), El Topo (1969) -por la que ganó el Ariel por Mejor...

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