La contribución demográfica de la inmigración: el caso de España

AutorBeatriz León Salas
CargoCentro de Investigaciones Sociológicas, España.
Páginas121-143

Page 121

Inmigración de sustitución o reemplazo

En todo estudio sobre el nuevo orden demográfico y la tendencia de evolución de la población aparece la inmigración como objeto de debate. El debilitamiento del ritmo de crecimiento de la población, el descenso de la fecundidad y el envejecimiento demográfico, los llamados desequilibrios demográficos del nuevo siglo, son los responsables de que se conciba la inmigración como una forma de resolver esa situación.1

Esto es lo que se conoce como migración de sustitución o de reemplazo, expresión que surgió a finales del siglo XX. Por migración de sustitución se entiende la migración internacional necesaria para impedir el descenso del tamaño de la población -sobre aquella en edad de trabajar- y el envejecimiento demográfico. Esta concepción fue empleada en primer lugar por la ONU, al publicar en marzo de 2000 el informe Replacement Migration: Is It a Solution to Declining and Ageing Populations?2 El propósito del organismo internacional con esta publicación era estudiar el problema de si la migración entre países podía ser o no una solución al descenso del tamaño de la población y al envejecimiento Page 122 demográfico en los países desarrollados. Aunque antes de esta publicación el papel sustitutivo de la inmigración no era centro de atención, ya eran conocidos sus efectos en la demografía de países que contaban con bajas tasas de crecimiento y fecundidad. En este sentido, el informe de la OCDE publicado en 1991, Les migrations: aspects démographiques, sobre las repercusiones demográficas de la inmigración en los países que integran la OCDE, fue clave para los posteriores estudios sobre esta cuestión.3

El documento de la ONU planteaba cómo el panorama demográfico de los países desarrollados, caracterizado por contar con un nivel de fecundidad bajo o muy bajo y un alargamiento de la esperanza de vida, está llevando a una situación de creciente envejecimiento. Por este motivo, se examinaba en qué medida las migraciones internacionales resuelven estas tendencias demográficas, que en un principio deberían ser reconocidas como avances demográficos en toda regla. Pero la publicación de las Naciones Unidas no fue recibida con buenos ojos. A pesar de reconocer la escasa certeza que tiene la creencia general sobre que los flujos migratorios rejuvenecen la estructura de edad de los países receptores, las cifras exorbitantes de la población inmigrante que sería necesaria para lograrlo fueron motivo de numerosas críticas.

A pesar de ello, este tipo de estudios continúan haciéndose en la actualidad, en parte porque las ideas acerca de la inmigración de sustitución no están tan claras como en un principio se pensaba, sobre todo si se tiene en cuenta que el crecimiento demográfico de países como España descansa en la inmigración. Pero en los últimos estudios se ha cambiado de concepción: se ha pasado del concepto de migración de reemplazo al de migración de complemento, al considerar que las migraciones no reemplazan, sino que complementan el nuevo panorama demográfico.4

La inmigración y sus repercusiones demográficas en el país de destino

En qué medida contribuye o no la inmigración a resolver los desequilibrios demográficos y de qué depende, son temas que aún están en el aire. Se sabe que la inmigración contribuye demográficamente en el país de destino, pero no es claro en qué medida lo hace. En el pasado, la inmigración fue un factor relevante en el crecimiento de la población. A diferencia del papel de la inmigración en el crecimiento de la población actual, su repercusión en los países clásicos de inmigración es de sobra conocida.5 Por el contrario, en la sociedad actual la in- Page 123 migración repercute menos en la sociedad receptora porque enfrenta una barrera: la política migratoria, que impide su entrada en el país de destino elegido. "En nuestros días nada determina tanto las características de los flujos migratorios como las políticas restrictivas del acceso vigentes en la práctica totalidad de los países de acogida."6

Por ello, las repercusiones de la inmigración en el sistema demográfico de las sociedades actuales son pequeñas, pero no tanto como se piensa. El motivo es el volumen de inmigrantes en situación irregular que no son registrados por las estadísticas oficiales y que, por supuesto, repercute. Máxime en países como España, que cuenta con un importante volumen de población inmigrante en situación irregular derivado de la fragilidad de sus fronteras, su política migratoria y su situación geoestratégica. Pero este hecho, el de la subestimación del aporte demográfico de la inmigración en el crecimiento de la población y en la estructura de edad, está considerándose ya en los últimos estudios.7

Las migraciones internacionales pasan a ser uno de los componentes más importantes de la evolución demográfica de los países desarrollados que cuentan con un bajo nivel de crecimiento.8 En el caso español, parece que la inmigración contribuye en gran medida. Sólo hay que ver el crecimiento vegetativo (nacimientos-defunciones) de la población inmigrante, que en el año 2002 supuso 70.4% del crecimiento total, un porcentaje relativamente alto (cuadro 1). Visto en qué medida es importante el aporte demográfico de la inmigración, cabe preguntarse de qué depende. Pues bien, depende de tres factores: composición, sostenibilidad y durabilidad de los flujos migratorios y sus efectos en el envejecimiento y el crecimiento poblacional.

En primer lugar, los efectos de la inmigración en el sistema demográfico del país receptor derivan de la composición de la población inmigrante. Por lo general los inmigrantes son jóvenes, en edad de trabajar y de procrear. En España, a causa de que todavía contamos con una corta historia migratoria, la población inmigrante se caracteriza por su juventud, pues cuenta con una edad media de entre 30 y 34 años. Pero a medida que la experiencia migratoria avanza, los inmigrantes envejecen, al igual que el resto de la población. Por ello, para conseguir un beneficio mayor, los flujos migratorios tendrían que ser continuos. Page 124

CUADRO 1. Movimiento natural de la población nacional y extranjera, 2002


MNP Matrimonios Nacimientos Defunciones Crecimiento vegetativo
Total 209.065 416.518 366.538 49.980
Nacionales 191.224 373.049 358.245 14.804
Extranjeros 17.841 43.469 8. 293 35. 176
% extranjeros sobre el total 8.5 10.4 2.3 70.4

FUENTE: Elaboración propia, con base en datos del Movimiento Natural de la Población 2002, INE.

La sostenibilidad social del volumen de inmigrantes es el segundo factor del que depende la contribución. La necesidad de inmigración es innegable, pero no es fácil saber cuál es el volumen de población que haría posible resolver los desequilibrios demográficos. Según las Naciones Unidas, España necesitaría 12 millones de inmigrantes (unos 240 000 al año) de aquí al año 2050.9 Según datos de Juan Antonio Fernández Cordón, España necesitará incorporar, a partir del año 2025, un millón de inmigrantes al año, que se irán incrementando hasta alcanzar 1 400 000 inmigrantes anuales en 2040 y estabilizarse en torno a 600 000 efectivos al año en el 2050.10 Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística (INE), en su reciente revisión de las proyecciones de población española realizadas hace unos años, incluye flujos migratorios de casi 200 000 entradas en 1999 y 360 000 en años posteriores, pasando por alto los 60 000 efectivos que se estimaron en la anterior proyección.11 Según el INE, en los próximos 10 años se espera una media anual de entradas de entre 180 000 y 250 000 inmigrantes. Por otro lado, el Comité de Política Económica de la Comisión Europea considera unos flujos migratorios anuales para España de 60.0 (miles de personas) entre el año 2010 y 2050.12 Estas cifras dejan entrever que si bien la inmigración es positiva, no es la solución, puesto que estas cifras son inalcanzables, aunque unas más que otras. Para resolver el problema del envejecimiento debería darse un cambio en la política migratoria, pasar de la actual política restrictiva a otra más permisiva y controlada, que permitiera la entrada en el país de un volumen de inmigración en situación legal más abundante. Sin embargo, no todo es de color de rosa. La inmigración es necesaria, y cuanta más mejor, pero el costo que conlleva es muy elevado. Los ajustes sociales y culturales que tendrían que llevarse a cabo en el país son muy grandes. Page 125

Por último, los efectos de la inmigración en la estructura de edad de la población son de diversa índole, dependiendo de su durabilidad en el tiempo, es decir, dependiendo de si se trata de efectos a corto, mediano o largo plazo.13 A corto y mediano plazos, la inmigración tiene un claro efecto rejuvenecedor y permite que la tasa de envejecimiento descienda. Pero a largo plazo los efectos son más moderados, pues los inmigrantes también envejecen y el efecto rejuvenecedor dependerá ya de una importante llegada de inmigrantes jóvenes, que sea voluminosa y continua, y de la fecundidad de los propios inmigrantes. O, por el contrario, de la llegada de inmigrantes temporales, algo que parece dudoso en España, un país donde la mayoría de los inmigrantes deciden instalarse de por vida. Según datos recogidos por Análisis Sociológicos Económicos y Políticos (ASEP) en el año 2000, 24% de los inmigrantes encuestados lleva en España 5 y más años; 36%, menos de 1 año, y 40%, entre 1 y 5 años.14 Como se ve, no es tanta la temporalidad de los inmigrantes en España, hecho que debe tenerse en cuenta no sólo para la reestructuración de la sociedad española, sino también para el análisis de sus consecuencias en la sociedad receptora. Ello supone un...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR