Contradicciones del sector agropecuario. Entre la modernidad y el rezago
| Autor | José Hugo López Leal |
| Cargo | Socio Director de López Leal & Asociados, S.C. |
| Páginas | 22-26 |
22 año 52 • núm. 613 Contaduría PúbliCa 23
Dossier Dossier
El concepto de seguridad alimentaria no es
nuevo, de hecho, este tiene sus orígenes en
1940 durante la Segunda Guerra Mundial
cuando se acuñó el concepto de que “la
liberación de la miseria” implicaba un su-
ministro seguro, suciente y adecuado de
alimentos para cada hombre, mujer y niño, en donde
‘seguro’ se refería a la accesibilidad de los alimentos,
‘suciente’ a la suciencia cuantitativa del suministro
de alimentos y ‘adecuado’ al contenido de nutrientes
del suministro de alimentos”.1
Este concepto evolucionó considerando el argumen-
to de que, no solo es necesario contar con suciente
producción, sino que también deben existir las con-
diciones para que toda la población tenga acceso a
estos alimentos, pues considera que “[…] Existe segu-
ridad alimentaria cuando todas las personas tienen
en todo momento acceso físico y económico a sucien-
tes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus
necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto
a los alimentos a n de llevar una vida activa y sana”.2
Bajo esta premisa, donde todos debemos acceder a ali-
mentos sanos, nutritivos y diversos para tener una vida
sana es donde radica la importancia del sector agro-
pecuario de cualquier país, incluido México. Es lógico
pensar que si se tiene una población sana se reducen
las enfermedades, especialmente las crónico dege-
nerativas (diabetes, cáncer, artritis, cardiovasculares,
etc.), que son las que mayor costo implican a cualquier
nivel de gobierno por sus consecuencias y durabilidad
en las personas que las padecen; de igual manera, y sin
que se considere propiamente una enfermedad, sino
Síntesis
Históricamente, el campo mexicano ha tenido un
papel preponderante en el desarrollo del país y
en la reducción de la pobreza, pues es escenario
de los esfuerzos que se realizan para lograr
la autosuficiencia alimentaria. La inversión de
recursos materiales, humanos y económicos, tanto
de los sectores gubernamental como privado,
es un reflejo del ahínco que ambas instancias
llevan a cabo para satisfacer las necesidades
de la población. Aun cuando se ha avanzado
en modernizar el campo, así como en otorgar
estímulos fiscales para los patrones y trabajadores
de este sector, es indispensable implementar
mecanismos que garanticen el acceso de
los productores a fuentes de financiamiento
accesibles y lograr una efectiva distribución y
comercialización de los productos generados
en el campo.
C.P.C. y M.I. José Hugo López Leal
Socio Director de López Leal & Asociados, S.C.
direccion@llconsultores.com.mx
Contradicciones del
sector agropecuario
Entre la modernidad
y el rezago
detonante de ellas, está la obesidad y el sobrepeso,
que son producto de hábitos alimenticios de las per-
sonas, llevando a que México ocupe el quinto lugar de
obesidad en el mundo.3
Partiendo de estos antecedentes, debe ser prioritario
para los gobernantes contar con una población bien
alimentada, sana y activa por las implicaciones que tie-
ne en su salud y, en consecuencia, menor presión en sus
nanzas por tener que asignar recursos a su atención.
En México, el sector agropecuario, que engloba activi-
dades de agricultura, explotación forestal, ganadería,
pesca y acuicultura, aporta aproximadamente 4% del
Producto Interno Bruto (PIB), que comparado con 64%
que aportan las actividades terciarias como comercio,
servicios, comunicaciones y transportes pareciera no
ser signicativo.
Sin embargo, la importancia de este sector no solo ra-
dica en su poder de generación de riquezas y empleo
(sobre todo en sectores rurales), sino en su aportación
a reducir la pobreza, aumentar los ingresos de los sec-
tores menos favorecidos y dar seguridad alimentaria.
Nuestro país, con una supercie de 1.9 millones de
kilómetros cuadrados, es el decimocuarto país más
grande del mundo y presenta climas y orografía muy
diversa, lo cual hace que algunas regiones presenten
condiciones más favorables para el desarrollo de las
actividades agropecuarias que otras. Esto ha llevado a
que se concentre la mayor producción en el norte del
país en contraste con el sur, combinado con una mayor
inversión en recursos materiales y humanos, principal-
mente del sector privado y con apoyo de programas
gubernamentales.
Como parte de sus políticas para lograr la autosu-
ciencia alimentaria y rescate del campo, el gobierno de
la República delineó los siguientes programas:4
1. Programa Producción para el Bienestar.
2. Programa de apoyo a cafetaleros y cañeros
del país.
3. Programa de Precios de Garantía para los cultivos
de maíz, frijol, trigo panicable, arroz y leche.
4. Crédito ganadero a la palabra.
5. Distribución de fertilizantes químicos y
biológicos.
6. Creación del organismo Seguridad Alimentaria
Mexicana (SEGALMEX).
7. Fomento a la Productividad Pesquera y Acuícola
para unidades económicas de zonas de atención
prioritaria.5
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