Una decisión complicada

AutorJ. Jesús Esquivel

WASHINGTON.- La eventual decisión del presidente Barack Obama de lanzar un ataque contra Siria sería un acto unilateral e ilegal según las normas internacionales, pero restablecería la credibilidad que perdió Estados Unidos durante el gobierno de George W. Bush por la invasión a Irak, dicen expertos.

"El ataque estaría limitado a objetivos militares en Siria y sería un mensaje claro de que son inaceptables los crímenes de guerra, definidos en las normas internacionales", dice a Proceso Michael E. O'Hanlon, especialista en política exterior y asuntos militares de la Institución Brookings.

El gobierno de Obama asegura tener las pruebas irrefutables de que fue el gobierno de Basharal-Assadel que el pasado 21 de agosto ordenó el ataque con armas químicas contra poblaciones en las afueras de Damasco y que le costó la vida a cientos de civiles, niños y mujeres entre ellos.

O'Hanlon, director del Centro de Investigación de Política Exterior de la Institución Brookings, sostiene que a diferencia de lo que hizo Bush al lanzar una invasión ilegal contra Irak, en este caso hay evidencias de que en Siria se cometió un crimen de guerra.

Hasta el cierre de esta edición (viernes 30 de agosto) en la Casa Blanca los asesores jurídicos de Obama aún definían los parámetros para justificar el ataque sin que se interprete como una violación a los decretos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) respecto a los actos de guerra autorizados por el mundo.

Sin embargo, Obama tendría antes que sortear dos contratiempos:

El primero, la pérdida momentánea de su aliado, Gran Bretaña, cuyo gobierno había anunciado su participación en un ataque militar conjunto contra Siria. El jueves 29 el Parlamento británico rechazó el plan del primer ministro David Cameron de lanzar de inmediato la ofensiva y condicionó su aval para involucrar a Gran Bretaña en el conflicto sirio al informe que presenten los inspectores de la ONU sobre el supuesto uso de armas químicas por parte del régimen de Assad.

El segundo, la resistencia dentro del propio Congreso estadunidense para lanzar dicho ataque sin una votación previa de los legisladores, según manifestaron más de un centenar de miembros de la Cámara de Representantes -la mayoría republicanos- en una carta que enviaron a Obama la semana pasada. El 28 de agosto John Boehner, legislador republicano y presidente de dicha Cámara, envió otra carta a Obama para alertarlo acerca de las posibles consecuencias negativas que tendría el...

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