La comedia política / Sin Jenni y sin Elba

AutorDan T.

En el velorio de un señor, el sacerdote que oficia la ceremonia le pide a los asistentes:

- Oremos porque aquí descansa un hombre bueno, que fue un esposo amoroso, fiel y generoso; que como padre no tuvo igual, siempre responsable de las necesidades de sus hijos a los que procuró darles sólo lo mejor. Fue también un hijo que entendió la deuda que tenía con sus padres, pues nunca los desamparó ni abandonó. Y, por si fuera poco, también fue un ciudadano ejemplar, siempre participativo en los asuntos de su comunidad, interesado en ayudar a los demás sin pedir nada a cambio, procurando guiar a los demás con su ejemplo alejado de los vicios tan usuales hoy en día como el alcohol, el cigarro, las apuestas y las mujeres. Al escuchar todo aquello, la viuda dejó de sollozar y con voz muy baja le dijo a su hijo mayor:

- Asómate a ver a quién chingaos pusieron en la caja, porque ese... ¡no es tu padre!

En México tenemos la mala costumbre de que convertimos en santos a todos los que se mueren. Es como si existiera una ley que nos obligara a perdonarle sus faltas, transas y cochinadas a cualquiera que fallezca. Lo mismo pasó con Pedro Infante que con Luis Donaldo Colosio y hasta con Miguel De la Madrid. Y ahora lo vemos con Jenni Rivera que, de ser la cantante más popular de la música grupera, la estamos convirtiendo en algo así como la virgen María vestida con lentejuelas. Al rato van a decir que hasta milagros hacía. Por estar metidos en el chisme de doña Jenni -que en paz descanse- nos hemos perdido de un asunto mayor: la desaparición de Elba Esther Gordillo. Con la reforma educativa que presentó ayer, Enrique Peña Nieto le dio un súper trancazo a la profesora pues busca quitarle el control sobre las plazas de maestros. De hecho, Elba Esther ni siquiera estuvo presente en la ceremonia, pese a ser la lideresa del magisterio. Ojalá sea el principio de una revolución educativa en México. Resulta indispensable echar a andar ¡ya! una reforma de verdad que, entre otras cosas, nos permita...

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