Combaten drogas con Mundialito

MÉXICO, D.F., julio 28 (EL UNIVERSAL).- Díganme en que medios trabajan, mañana voy a comprar todos los diarios, quiero que hablen del campeón Coruña, tomen fotos, soy el entrenador del mejor equipo, aseguró un muchacho vestido con la playera de la selección mexicana esperando que la playera verde no sea mal agüero, pues al mero estilo de Miguel Herrera prometía la Copa sin siquiera haber probado el funcionamiento del plantel y a falta de nueve días más de competencia. Al mero estilo del fútbol de barrio dio inicio el XXII Mundialito cuando la cancha del Deportivo Oceanía se transformó en el Estadio Maracaná de Brasil, o tal vez el Soccer City de Sudáfrica, sobre todo por la velocidad, por la picardía, por los roces, por la fuerza con la que jugaba.

Con la misma fuerza el presidente de la Fundación Renacimiento quiere erradicar la drogadicción en la Ciudad de México y que mejor arma que el deporte, sin embargo fuera de la cancha los muchachos también gambeteaban, y algunos moneaban mientras esperaban recibir su playera morada con la leyenda “XXII Mundialito”.

“Infortunadamente son más los muchachos que recaen en las drogas o los que prefieren seguir en las calles que los que dejan de consumir estupefacientes”, mencionó Vallejo al respecto.

En esta edición del evento se registraron 600 jóvenes de lugares como Tepito, Ecatepec, Taxqueña y de la Delegación Gustavo A. Madero que viven en situación de vulnerabilidad, cifra menor a la de años anteriores donde se han registrado hasta mil participantes, pero la Delegación Cuauhtémoc les tiró una gambeta organizando un evento bajo el mismo nombre (Mundialito) que como dirían en las calles “les dio baje” con los participantes.

“Ha habido años en los que hay hasta mil participantes, pero hubo una especie de encimamiento o algo por el estilo, porque hace poco la Delegación (Cuauhtémoc) realizó un evento también llamado Mundialito, entonces imagino que por eso la cifra de este año quedó corta”, reflexionó el Doctor Rafael Camacho.

Incluso antes del primer partido los niños crearon un ambiente de Estadio Argentino, donde ellos se convirtieron en los Barra Brava que entonaban cánticos en apoyo a sí mismos.

“Parece que va a llover, el cielo se está nublando, parece que va a llover ¡El Juventus va llegando!”, fue una de las melodías que se cantaron.

Más adelante los organizadores intentaron...

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