De colonias a comunidades: la evolución de los asentamientos mexicanos en la California rural

AutorJuan Vicente Palerm Viqueira
Cargo del AutorUniversidad de California, Santa Bárbara
Páginas221-250
Introducción
HACIA PRINCIPIOS de la década de los años ochenta del siglo pasado, empezamos a
observar el proceso de sedentarización de trabajadores agrícolas mexicanos sobre
el medio rural de California; así como a apreciar la íntima relación que este fe-
nómeno sustenta con la reestructuración de la industria agrícola de dicho estado
norteamericano (Noticias de Aztlán, 1986; UC MEXUS News, 1987; Palerm, 1989 y
1991). De hecho, en 1985 recibí un apoyo del Social Science Research Council
para iniciar un estudio etnográfico acerca de la recién detectada formación y
consolidación de enclaves mexicanos en el ámbito rural de California. Desde en-
tonces otros estudiosos se han interesado por el tema, reconociendo y aseveran-
do el extraordinario, inesperado y creciente fenómeno que está transformando
los pueblos y ciudades ubicados a lo largo y ancho de los espacios agrícolas de
California dominados por la agricultura industrial (por ejemplo: Castillo, 1991;
Allensworth y Rochin, 1995 y 1996; Taylor, Martin y Fix, 1997). Inicialmente
caracterizamos estos asentamientos incipientes como enclaves de inmigrantes,
afligidos por muchas dolencias resultantes de una alta incidencia de pobreza
y por infraestructuras urbanas insuficientes y sobrecargadas. En varias ocasio-
nes empleamos el término rural slums (barriadas rurales) con el propósito fa-
llido de concienciar al público y de movilizar hacia ellos recursos estatales y
federales dedicados a aliviar condiciones de pobreza (Palerm, 1989: 149-171).
Otros investigadores utilizan una nomenclatura parecida para designar dichos
asentamientos. Taylor, Martin y Fix, por ejemplo, en su libro Poverty amid Pros-
perity (1997: 1) hablan de colonias rurales henchidas y de lugares que más bien
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la evolución de los asentamientos
mexicanos en la California rural
Juan Vicente Palerm Viqueira*
* Universidad de California, Santa Bárbara.
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parecen campamentos de trabajadores sobrepoblados que comunidades; y Ro-
chin y Castillo (1993) destacan su condición humana con índices crecientes de
miseria.
Muchos estudiosos del tema, incluyéndonos, han empleado sin crítica la vieja
construcción social de colonia para apuntalar sus descripciones y análisis de los
nuevos asentamientos rurales. Cuando el estado de Texas, la Secretaría de Vivien-
da y Desarrollo Urbano y el Buró del Censo (Puente y Stemper, 2003) adoptaron
la definición de colonia, la fijaron como una categoría oficial de un tipo distintivo
de asentamiento humano en Estados Unidos de América. A decir: “[…] un área
residencial sobre la frontera Estados Unidos-México que carece de muchas de las
necesidades básicas para la vida, como lo son el agua, drenaje, electricidad, calles
pavimentadas y vivienda saludable”. Esta definición, además, se extiende para de-
signar los nuevos asentamientos rurales ubicados lejos de la frontera pero habita-
dos por jornaleros agrícolas pobres de origen hispano (Castillo, 1991: 8-10). Aun
cuando resulta evidente que la configuración de estos nuevos asentamientos rebasa
la estrecha y rígida categorización de colonia, muchos investigadores la emplean
indiscriminadamente cometiendo graves errores e ignorando desenvolvimientos
novedosos.
No es extraño en las ciencias sociales que conceptos, ideas y/o abstraccio-
nes que surgieron del estudio de una realidad empírica concreta sobrevivan su
utilidad analítica. Los científicos sociales, además, se resisten a abandonarlos
aún cuando la realidad que los engendró evolucionó hacia nuevas formas irre-
conocibles. Es, sin duda, difícil abandonar instrumentos conceptuales que han
tenido un enorme valor heurístico y que, a la vez, se convirtieron en poderosas
herramientas de praxis y acción. Pero el no claudicar conlleva graves riesgos de
distorsionar la realidad observable, elaborar predicciones deficientes y propo-
ner praxis descarriadas.
Esto, en nuestra opinión, es lo que ocurrió con el término colonia, tanto en
su dimensión empírica y como abstracción sociológica. Este término describe
perfectamente la realidad física de los pequeños asentamientos que surgieron
sobre la frontera con México y próximos a la agricultura industrial del suroeste
de Estados Unidos, especialmente en California, durante los primeros años del
siglo XX. El concepto también contiene un importante significado sociológico
respecto a condiciones de segregación, etnicidad, clase social, pobreza y priva-
ción de derechos de los trabajadores inmigrantes mexicanos. Es, sin duda, un
concepto cargado de significado y, como tal, fungió como un poderoso instru-
mento para denunciar injusticias y para movilizar y enfocar acciones políticas.
Los asentamientos de jornaleros agrícolas en California de hoy, sin embargo,
ya no son las colonias de antaño y, además, éstos ya no son una manifestación
exclusiva del suroeste del país. Por un lado, en California las colonias se trans-

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