La clase media y la cuarta transformación

AutorElisur Arteaga Nava

Las manifestaciones demostraron que gran parte de la clase media nacional, englobada en la fórmula: sociedad civil, no está de acuerdo con la 4T, su líder y sus reformas constitucionales. Es ella la que vota y lo hace en mayor proporción que la clase baja y rural; es la que determina el resultado de las elecciones.

Fue la clase media la que conformó el grueso de los contingentes de las manifestaciones que, desde 2005, se llevaron a cabo para protestar contra el desafuero, el fraude electoral y por el respeto a las instituciones democráticas; fue la que determinó el sentido de la elección de 2018; la que aportó el grueso de los 30 millones de votos con los que AMLO alcanzó la Presidencia de la República. No es poca cosa.

AMLO y la 4T han perdido gran parte del voto de quienes los llevaron al poder. Las elecciones de 2021 apuntaron esa circunstancia, cuando menos en la Ciudad de México; las manifestaciones del domingo la confirmaron. Con esos precedentes se infiere que para 2024, en lo relativo a la titularidad y composición de los poderes Ejecutivo y Legislativo de la Unión, no hay nada seguro para nadie. Todo está en juego.

Con las manifestaciones quedaron en evidencia dos hechos: uno, que Claudia Sheinbaum, su equipo y Morena han perdido la Ciudad de México. El segundo: que la Secretaría de Gobernación, ahora acéfala, finalmente será ocupada por el itinerante Adán Augusto López. El destino de doña Claudia será el seguir impartiendo "conferencias magistrales" en los espacios morenistas. Y el de don Adán: volver a su natal Tabasco, de donde nunca debió haber salido. La cuerda que AMLO les dio no alcanzó para más.

El que la clase media se haya empode-rado y tomado conciencia de su influencia no significa que ese espacio electoral pertenezca al PAN o a otro partido político. Implica algo más simple: está a la espera de líderes que la encabecen. Ellos no necesariamente saldrán de alguna de las facciones partidistas que actualmente, en menor o mayor grado, detentan y usufructúan el poder público.

Hay un hecho cierto: la Ciudad de México y otras ciudades de la República, las principales o más ricas, están fuera del control de Morena y a disposición de la sociedad civil. Por tener ésta una composición diversa e intereses diferentes, en este momento pudiera tratarse de una masa amorfa, dispersa, carente de personalidad y ayuna de líderes. Por ello ha sido desestimada tanto por AMLO, como por su estación repetidora: Claudia Sheinbaum. Marcelo y...

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