Los claroscuros del bienestar: La sombra de la inseguridad

AutorMarco Antonio Martínez

El primer año del gobierno zedillista constituye el despegue de los índices delictivos en el país. A unos meses de concluir el sexenio, especialistas evalúan los pasos positivos y definen los fracasos, en particular la ineficacia para perseguir crímenes y la impunidad de que gozan los delincuentes.

El día que tomó posesión como Presidente de la República, Ernesto Zedillo se comprometió a reformar las instituciones encargadas de procurar justicia. "Es en ellas donde la incompetencia, la corrupción y la ruptura institucional son más frecuentes y de mayor daño para la seguridad de las personas", dijo en su discurso del 1o. de diciembre de 1994.

Al año siguiente su administración enfrentó el incremento más alto en los índices delincuenciales de las últimas décadas. Una tendencia que, de acuerdo con especialistas, comenzó a la par de las crisis económicas de los ochenta y se disparó en 1995, durante el primer año de ejercicio gubernamental.

El sexenio está a punto de concluir. Las medidas para hacer más eficiente el cumplimiento de la ley y el combate a la inseguridad y la delincuencia han sido diversas: se reformó el Poder Judicial, se puso en marcha el Programa Nacional de Seguridad Pública y se creó el Sistema Nacional de Seguridad Pública y la Policía Federal Preventiva. Se llevó a cabo la cruzada contra la delincuencia y se incrementó el presupuesto para combatir la inseguridad. También se efectuaron reformas para incrementar las penas corporales a delitos.

Estrategias que buscan abatir un fenómeno reflejado en las estadísticas: Hasta 1998, en seis entidades se concentraba el 44 por ciento de los delitos de orden federal. Baja California ocupó el primer lugar con 9 por ciento. En todo el país la posesión de armas fue el delito de mayor comisión.

Respecto al orden común, el delito más frecuente ha sido el robo: representa el 30 por ciento de los 100 ilícitos de este tipo.

El Distrito Federal es la entidad con la mayor comisión de delitos de orden común: 9 de cada 100 se cometen en la capital.

En cinco años hay casi 50 mil presos más. En 1994 había 86 mil 326. En 1999 eran 143 mil 642.

Ahora, a unos meses de que concluya, especialistas reconocen los aciertos y plantean cuáles fueron los fracasos de la presente administración en lo referente al combate a la delincuencia.

El despegue del crimen

Aunque desde los años ochenta se comienza a observar un crecimiento en los índices delictivos, simultáneo a las crisis económicas, es en 1995 cuando éstos se disparan, afirma la doctora en ciencia política Beatriz Magaloni.

De manera conjunta con Guillermo Zepeda, maestro en ciencia política, Magaloni ha realizado un estudio sobre los factores que inciden en la comisión del robo y homicidio en México, financiado por el Centro de Investigación para el Desarrollo AC. Para ello trabajó con reportes de las procuradurías de los 32 estados del país.

"El despegue del crimen en México empieza en la década de los ochenta, coincide con la crisis de la deuda y los cambios políticos. El despegue más impresionante fue en 1995 y 1996, que fue la crisis más intensa. Una vez que se despega en esa forma es muy difícil echarla atrás".

Los factores que analizan los dos investigadores son el nivel de eficiencia de las procuradurías e impunidad, penas, gasto para seguridad pública, nivel de riqueza, de pobreza y de urbanización.

De acuerdo con sus investigaciones, en 1997 se reportaron un millón 742 mil 579 crímenes en todo el país. De este total, el 24 por ciento se reportó el año anterior y a 1997 corresponde el 76 por ciento. Del total se concluyó la investigación de 27 por ciento. De esta cifra en 7 por ciento las autoridades se declararon incompetentes, en 11 los casos fueron cerrados al no encontrar sospechoso o crimen que perseguir y en el 9.5 por ciento se refiere que sí hay crimen que perseguir y sospechosos.

"Una vez que determinan si hay sospechoso lo interesante es si lo arrestan o no", aclara la investigadora. Esto sólo se logra en 4 por ciento. De 100 delitos reportados en 1997, sólo cuatro terminaron con sospechoso al final. Es decir, un nivel de impunidad de 96 por ciento.

Ese año los estados más...

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