Ciudades sin Agua, un Futuro que ya nos Alcanzó

AutorAlejandro Spíndola Yañez
Páginas1-3

Somos un país preponderantemente urbano, lo que no éramos hace escasos 38 años.1 Nuestro proceso de aglomeración humana ya se convirtió en 80 conurbaciones a lo largo y ancho del territorio nacional, creciendo a ritmos más rápidos que la producción nacional, la oferta de empleo y los recursos económicos que redistribuye el gobierno federal a los gobiernos locales, a través del gasto público y sus programas de gobierno.

Esta rápida reconfiguración territorial del país no ha sido sorpresiva aunque tampoco prevista en una política de gobierno eficaz, pese a las señales de advertencia que continuamente nos dieron las ciencias demográfica, geológica y urbana. Desgraciadamente ya se desdibujó nuestra capacidad de réplica oportuna para el sistema de conurbaciones creadas, donde impera el crecimiento desordenado y reina la improvisación de los servicios públicos.

Muestra de ello es la disponibilidad del agua. Este vital recurso ya es escaso en muchas ciudades del país y una muestra de este problema nos lo da el decreto presidencial publicado el 24 de abril de 2018, que establece veda en la zona que ocupa el acuífero denominado San Luis Potosí, clave 2411, en el Estado de San Luis Potosí, que abastece de agua a más del 40% del Estado.

Este decreto suprime las vedas vigentes, la más antigua de 1961, que surten sus efectos en diferentes porciones del acuífero y emite una nueva veda que cubre la totalidad del acuífero, cuya cuenca hidrológica tiene una extensión del orden de los 1,980 km2. Permite sólo la extracción de los pozos ya existentes.

El área incluye la zona poniente de la ciudad de San Luis Potosí, donde se ha generado el mayor crecimiento urbano desde principios de 1990 y se ubica en la parte norte de la Sierra de San Miguelito, área considerada de reserva natural debido a que representa una zona importante para la recarga del Acuífero.2

La restricción de agua abarca, además, la totalidad del municipio conurbado de Soledad de Graciano Sánchez, la mayor parte de los municipios de San Luis Potosí y Cerro de San Pedro, así como una pequeña fracción de Mexquitic, Ahualulco y Zaragoza. La veda obedece al déficit persistente de agua contabilizado desde 2008, que al 30 de junio de 2014 ascendió a 75.3 millones de m3 anuales.3

Pero esta es sólo una medida correctiva. La solución no está en una receta de orden preventivo que podría parecer extemporánea, sino que en otras vías para encontrar la sustentabilidad de las ciudades, todas ellas soluciones...

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