Cita

AutorArnulfo Sánchez Miranda
Páginas7-7
[...En las confesiones narra que un día se presenta,
medio muerto de hambre, ante la puerta de un campesino.
Diverso a la habitual hospitalidad que había encontrado
en Suiza, el campesino le ofrece un pobre pan de cebada.
Cuando el huésped advierte la forma voraz con que come
y el hambre que se nota aun después de comido el pan,
le da un buen vino, algo de carne y pan de mejor calidad.
Luego explica a Rousseau que le había confundido con
un inspector de bodegas y su temor a los impuestos le
hace ocultar sus provisiones. Rousseau concluirá:
“Ese fue el germen de ese odio inextinguible que después
hubo de desarrollarse en mi corazón contra las vejaciones
que sufre el pueblo desdichado y contra sus opresores.
Aquel hombre no se atrevía a comer el pan que ganaba
con el sudor de su frente, y si no quería su ruina, no tenía
más remedio que manifestar una miseria igual a la que le
rodeaba.”]
Juan Jacobo Rousseau - El contrato social

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