Centroamérica, propensa y contaminada…

AutorVelia Jaramillo

Ciudad de Guatemala.- Cuando el narcotráfico mexicano llegó a Centroamérica, encontró un caldo de cultivo en miles de militares desmovilizados –muchos de ellos participaban ya en actividades criminales– y miles de jóvenes incorporados a las maras, así como en un mercado ilegal de armas floreciente, una próspera industria del sicariato y una gran estructura que lucra con la violencia.

Todo ello, según revelan especialistas consultados por Proceso, propiciado por una gran fragilidad institucional y un ejército guatemalteco reducido que dejó territorios a la delincuencia y abandonó la protección de las fronteras cuando décadas de guerra habían establecido ya una cultura de violencia.

La directora del Movimiento Pro Justicia de Guatemala, Carmen Aída Ibarra, explica: “Las estructuras criminales que proceden de fuera, y que constituyen hoy la más grave amenaza armada de carácter externo que tiene el país, no llegan porque tengan un poderío indestructible, sino porque el país y la región se encuentran en una situación vulnerable desde hace muchas décadas”.

Y la experta en seguridad Carmen Rosa de León manifiesta: “El escenario es terrible porque se pone más cuesta arriba la construcción de la institucionalidad. No diría que somos un Estado fallido, pero no hemos tenido tiempo ni espacio para crear instituciones fortalecidas, y ahora hay que sumar el ingrediente de la introducción del narco”.

La situación regional en materia de seguridad la abordó ampliamente el Banco Mundial en su investigación Crimen y violencia en Centroamérica: un desafío para el desarrollo, presentada este año.

La población de toda Centroamérica, indica el estudio, es equivalente a la de España; sin embargo, en 2006 España registró 336 asesinatos –menos de uno por día– y Centroamérica tuvo 14 mil 257, casi 40 diarios.

El análisis del Banco Mundial menciona que detrás de esos índices de violencia se hallan el tráfico de drogas, dado que 90% de la cocaína que llega a Estados Unidos lo hace a través del corredor centroamericano, y de las maras, que son más de 900 en la región y suman unos 70 mil miembros.

También se refiere a la abundancia de armas de fuego circulando en la zona, y alude a estudios independientes según los cuales más de 4.5 millones de armas pequeñas se encontraban en la región en 2007, en su gran mayoría ilegales.

Según el mismo estudio, el índice de homicidios para Centroamérica es de 35.4 por cada mil habitantes, muy superior al latinoamericano, de 20; pero...

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