Sin castigo y premiados

AutorAlejandro Maciel

SAN DIEGO.- Durante los meses siguientes a los atentados del 11 de septiembre de 2001, los estadunidenses trataban de encontrar una explicación a lo que había pasado.

El 27 de noviembre de 2002, el Congreso y el presidente George W. Bush ordenaron la formación de un grupo –conocido como la Comisión 9/11– que investigara qué había pasado y detectara las fallas de inteligencia y los errores institucionales que no permitieron la prevención del ataque ni una respuesta integral acorde con la dimensión del problema.

La comisión estuvo integrada por 10 representantes, cinco demócratas y cinco republicanos. Su mandato fue claro: investigar los hechos y circunstancias que rodearon los ataques terroristas. Para hacer la tarea los miembros de la Comisión revisaron más de 2 millones 500 mil documentos y entrevistaron a más de mil 200 personas en 10 países, incluyendo a casi todos los funcionarios de la administración de Bush y de su antecesor, Bill Clinton.

En sus primeros capítulos, el reporte de 585 páginas indica que el objetivo de la comisión no es culpar a nadie de manera individual. “Este es un recuento lo más amplio posible de los eventos previos y posteriores a los ataques del 11 de septiembre con el propósito de identificar qué cosas fallaron, qué cosas pudieron hacerse mejor y cómo podríamos evitar un ataque similar”.

Sin embargo, el informe señala graves errores y omisiones de diversas dependencias gubernamentales. Pese a ello ningún funcionario fue castigado o removido de su puesto. Algunos incluso fueron premiados posteriormente.

Una de las primeras conclusiones de la comisión fue que las fallas de la CIA y el FBI permitieron que ocurrieran los ataques. Thomas Howard Kean, presidente de la comisión, aseguró en diciembre de 2003 que los atentados fueron el resultado de una serie de fallas de inteligencia. “No me cabe la menor duda de que los ataques se podrían haber prevenido”.

Entre otras cosas, Kean se refería a las múltiples evidencias de que el director de la CIA, George Tenet, tenía información creíble, desde el 6 de agosto de ese año, de que Al Qaeda estaría a punto de realizar atentados en territorio estadunidense.

Interrogado por la comisión, Tenet negó que la CIA tuviera información real acerca de un posible ataque y que se hubiera reunido con el presidente Bush en agosto de 2001 para hablar del tema. Sin embargo, la misma tarde de las audiencias con la Comisión, un vocero de la CIA corrigió el testimonio de Tenet y reconoció que...

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