Caso Regina Martínez. Todo para encubrir su homicidio

AutorVerónica Espinosa y Lilia Saúl

XALAPA, VERACRUZ.- Una operación jurídica, mediática y política desplegada por el gobierno de Javier Duarte de Ochoa manipuló la investigación del asesinato de Regina Martínez Pérez, corresponsal de Proceso en Veracruz, e impuso una versión oficial que evitó a toda costa indagar a personajes o grupos a quienes pudo incomodar el trabajo de la periodista.

Luego de años de silencio, especulaciones y un miedo que aún permea entre el gremio periodístico de esta entidad, este entramado fue confirmado por autoridades involucradas en la investigación y el juicio por este crimen, así como operadores políticos y mediáticos de ese entonces.

El consorcio internacional de periodistas Forbidden Stories investigó junto con Proceso el homicidio de la periodista, como parte de The Cartel Project, un trabajo de periodismo de colaboración en el que participaron 60 periodistas de 25 organizaciones y medios de 18 países, para exponer a nivel mundial la violencia contra los periodistas en México.

Forbidden Stories determinó indagar el trabajo y el asesinato de Regina Martínez como un caso emblemático.

En los distintos medios en los que laboró, y particularmente en Proceso, la periodista puso una mirada crítica para retratar la corrupción y la violencia que permearon los sexenios de Fidel Herrera Beltrán y su sucesor, Javier Duarte de Ochoa.

En el periodo de este último, 17 periodistas fueron asesinados, entre ellos Regina. Ha sido el lapso más oscuro y sangriento para el gremio en la historia del país.

Verdad oficial

Desde que se supo del homicidio de la corresponsal, quien fue golpeada y estrangulada en su casa de esta ciudad el 28 de abril de 2012, Proceso dio a conocer muchas de las falencias y omisiones de la investigación ministerial.

Así lo hizo también durante el proceso judicial, cuando el gobierno de Duarte se ufanó de haber resuelto el crimen con la condena a uno de los dos inculpados, Jorge Antonio Hernández, El Silva, a pesar de que éste alegó haber sido torturado para declararse culpable.

En ambos casos las autoridades se limitaron a validar un supuesto homicidio por robo de pertenencias de la periodista y se negaron a poner la mirada en personajes o grupos a quienes pudo incomodar el trabajo de la corresponsal, sus reportajes o notas.

"Ocho años después del asesinato de Regina no tenemos la certeza de qué pasó, porque la investigación fue manipulada por la autoridad local... El gobierno estatal controló la investigación; y con el control del...

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