Caso López Obrador, de los males a la sana popularidad

AutorRodrigo Vera

Mientras la comunidad médica externa su preocupación por la gravedad de las enfermedades que padece el presidente Andrés Manuel López Obrador, como hipertensión, gota e hipotiroidismo, el mandatario sigue manteniendo su acelerado ritmo de trabajo y altos niveles de estrés, desoyendo las advertencias de los especialistas, en el sentido de que tanta actividad puede ocasionarle otro infarto agudo al miocardio, como el que padeció hace nueve años.

Pese a la gravedad del caso, el tabasqueño está aprovechando políticamente sus padecimientos porque lo hacen ver dispuesto al "martirio" por el bien de México, advierten especialistas; de ahí que, exponen, para mantener sus altos niveles de popularidad asegura que su "ángel de la guarda" es el pueblo y lo protegen sus estampitas religiosas, aunque en caso de morir en funciones -dice- ya elaboró su "testamento político".

Todavía el 29 de octubre último en Guaymas, Sonora, ante una concentración de indígenas yaquis, López Obrador adelantó que trabajará 16 horas diarias durante los 23 meses que le restan de gobierno, porque no aspira a la reelección. "Me tengo que ir porque precisamente soy maderista y Madero decía: 'Sufragio efectivo, no reelección'. Pero no nos preocupemos porque vamos a avanzar todavía, 23 meses trabajando 16 horas diarias sin descanso ni sábado ni domingo, es como el doble: en vez de 23 meses, son 46 meses si nos apuramos".

Y agregó que "todos los proyectos" del gobierno de la Cuarta Transformación están puestos en marcha, sólo resta "avanzar, avanzar y avanzar todo lo que se pueda".

Ante esta desaforada actividad del mandatario, el médico Fabián Infante, impulsor del Frente Nacional de Trabajadores de la Salud y luchador social del gremio, comenta preocupado a Proceso:

"La primera recomendación de cualquier médico a un paciente con los padecimientos del presidente López Obrador es no exponerse a un estrés prolongado ni a una fuerte carga de trabajo. Pero es muy difícil que el presidente quiera sujetarse a esas recomendaciones. Esto es lo preocupante de la situación."

-¿Qué consecuencias podría traerle el ritmo de vida que lleva?

-Corre un alto riesgo de sufrir un infarto agudo al miocardio, como el que ya tuvo antes de llegar a la Presidencia, y el cual seguramente le dejó dañado el corazón.

Un infarto, explica Infante, siempre deja un daño en las "partes anatómicas" del corazón. Aunque en el caso de López Obrador no sabemos de qué grado. "Para saberlo hace falta que se nos muestre...

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