Desde la Casa del Sol

AutorSamuel Máynez Champion

La imaginación y la lógica deductiva así lo afirman -los griegos fueron pioneros en concebir un orden cósmico cuya representación en la Tierra equivalía al ordenamiento que hace la música de los sonidos, Cicerón y Shakespeare creyeron en las sonoridades que provenían de los cuerpos celestes, Kepler se atrevió a postular que las velocidades angulares de los planetas producían sonidos(1) y el mismo Einstein lanzó su teoría de la relatividad basado en su convencimiento absoluto de la armonía que impera en el Universo-, y los últimos descubrimientos de la NASA comienzan a proporcionar pruebas tangibles sobre lo que tanto se ha especulado. Ya no resulta casual que en el lenguaje de la astrofísica se hable de frecuencias, resonancias, espectros y de análisis armónicos, y tampoco que innumerables científicos hayan sido diestros en el campo musical. Galileo (Proceso 1859) y Einstein eran también violinistas, Newton y Tycho Brahe sabían tocar la nauta, Kepler y Kircher eran diestros en la composición(2) y, por supuesto, para los pitagóricos,(3) los ptolemaicos y los platónicos, el cultivo de la música era parte medular de su formación humanística. Podríamos, incluso, aventurarnos a decir que la estrecha relación de todos ellos con la música los posibilitó para concebir otros mundos y otras formas de explicar lo que rebasa el ámbito de la comprensión terrenal.

Asimismo, tampoco debería sorprendernos que en la física moderna se conciba a las partículas atómicas, ya no como corpúsculos, sino como vibraciones de pequeñas cuerdas, cuyos movimientos oscilatorios conforman una simetría matemática y que, gracias a esta simetría, la explicación de los diferentes modelos teóricos del Universo, desde la antigüedad hasta hoy, sea una realidad palpable.

Mas volvamos a la NASA y a sus descubrimientos espaciales. En abril de 1998 fue puesto en órbita el Trace (Transition Región and Coronal Explorer) con la misión de estudiar la corona solar, que es la zona donde se originan las turbulencias del astro, así como la llamada "región de transición", que se localiza entre las atmósferas "más frías" y las atmósferas solares de mayores temperaturas que moran en la corona. Para lograrlo, el Trace está dotado de un telescopio ultra especializado cuya resolución espacial quintuplica la potencia de los observatorios solares comunes y posee una resolución temporal que los supera por 10 veces más. Merced a las imágenes en video que capta, los enigmas de la corona solar se han...

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