Purificación Carpinteyro / ¡Al toro por los cuernos!

AutorPurificación Carpinteyro

Al arrancar el debate del presupuesto para el 2014, el escenario parece preparado para demostrar que los detractores del Pacto por México tenían razón, por lo menos en lo que respecta a las reformas constitucionales en materia de telecomunicaciones y radiodifusión; que acertaron cuando clamaron que a la izquierda le vendieron gato por liebre respecto a la transformación estructural de un sector tan poderoso y tan concentrado. Que todo fue un espejismo.

Es cierto que ya desde antes las mentadas reformas comenzaron a ser violentadas por el propio Congreso, tal y como sucedió con la modificación del Senado a la Ley Federal de Derechos, que pasándose por el arco del triunfo el precepto constitucional que asigna al Instituto Federal de Telecomunicaciones la facultad de fijar las contraprestaciones por las concesiones y el uso del espectro radioeléctrico, le pretende regresar al Ejecutivo y al Congreso tal atribución, específicamente para las bandas 700 MHz y 2.5 GHz, tan controvertidas.

Pero si tal esperpento de precepto puede corregirse mediante las leyes secundarias que el Congreso deberá aprobar a inicios de diciembre; o si es declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia, como seguramente lo será si se finca una acción por un tercio de los Diputados o de los Senadores, o se interpone una controversia constitucional por el Instituto; ése no será el caso si el presupuesto de la Federación que apruebe la Cámara de Diputados no etiqueta recursos suficientes para que las reformas sean viables.

La pregunta es obligada: ¿de qué sirve cualquier reforma, por constitucional que sea, si en el presupuesto no se asignan los recursos indispensables para su implementación?

Ése parece ser el caso de la reforma estructural en materia de telecomunicaciones, tan alardeada por el Gobierno y los partidos políticos que la consensuaron. Y es que el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación presentado por el Ejecutivo y debatido en las comisiones de la Cámara, hasta ahora, asigna apenas una quinta parte de los recursos necesarios para que, durante el 2014, las principales ciudades del País y las más pobladas comiencen a recibir exclusivamente señales de televisión digital, dejando en el pasado a la televisión analógica, el llamado "apagón".

Cabe aclarar que la reforma de telecomunicaciones y radiodifusión fue diseñada para garantizar la sana y vigorosa competencia en el sector de las telecomunicaciones y en el de TV. Pero el constituyente...

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