Caravaggio: El pincel de la luz

AutorLourdes Zambrano

Caravaggio. Su nombre es sinónimo de excelsitud y maestría pictórica. Sin embargo, pocas personas en el mundo pueden apreciar frente a frente su obra, ya que sólo quedan cerca de 50 cuadros "vivos".

Michelangelo Merisi, originario de Caravaggio, fue un genio, el inventor de lo que hoy se ha clasificado como bodegón, el iniciador del arte barroco, el maestro de la luz e inspiración para los grandes pintores españoles.

Este hombre, que no llegó a los 40 años, murió huyendo de una condena impuesta por asesinato, lejos de Roma, en donde pasó gran parte de su vida y despreciado por los críticos de su época.

Cuatro siglos después de su fallecimiento, se dice que fue el 18 de julio de 1610, su turbulenta vida ha quedado atrás y, aun sin proponérselo, su nombre fue un parteaguas en la historia del arte.

"Con un sentido extraordinariamente agudo para lo táctil, investiga el cuerpo humano y llega a ser uno de los máximos pintores del desnudo en la historia de la pintura", señala Eberhard König, catedrático de la Freie Universität de Berlín, en su libro "Caravaggio. Grandes Maestros del Arte Italiano", editado por H.F. Ullmann.

Pero tuvieron que pasar 300 años después de su muerte para que se le otorgara el lugar que se merece.

"La historiografía artística internacional siempre miró hacia Italia como cuna del clasicismo, a causa del peso de la cultura clásica, y una figura tan naturalista como Caravaggio contradecía esta interpretación", explica Silvia Canalda, profesora del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Barcelona, en entrevista vía correo electrónico.

El gran maestro italiano se salvó de permanecer en la penumbra gracias a Roberto Longhi, historiador de arte italiano, quien lo saca a la luz en los años 50. Después seguirían otros, indica la especialista.

Hoy, gran parte de su trabajo sigue estando en Roma, principalmente en muros de iglesias o en museos, aunque también se puede ver algún Caravaggio en Londres, Nueva York, Madrid o Berlín.

DE LO SACRO A LO PROFANO

Caravaggio se movió en el límite de lo permitido en la Italia de finales del siglo 16.

El joven pintor llegó a la capital de Italia alrededor de 1591 ó 1592, señala Gilles Lambert en su libro "Caravaggio", editado por Taschen.

En ese momento, se acaba de terminar la cúpula de San Pedro, el mayor edificio del "mundo", y la ciudad se ostentaba como la capital cultural y artística de Italia.

Además, la Contrarreforma, respuesta de la Iglesia católica a la Reforma...

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