De carambola, golpe cubano a Peña Nieto

AutorHomero Campa y Rodrigo Vera

En un intento por atacar al PAN y al presidente Felipe Calderón, el gobierno cubano acusó la semana pasada al exsenador panista René Bolio Halloran de organizar acciones subversivas en la isla durante la visita a Cuba del Papa Benedicto XVI, realizada a finales de marzo último. Sin embargo, los señalamientos del gobierno cubano en realidad afectan al aspirante priista a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, ya que Bolio dejó de militar en el PAN desde hace cinco años y actualmente forma parte del movimiento Volver a Empezar, que se sumó a la campaña de Peña Nieto y es encabezado por Manuel Espino, exdirigente nacional panista.

El malogrado ataque contra el PAN se dio a través del periódico Granma y de la televisión cubana. En estos medios se acusó a Bolio de llevar a la isla a un grupo de ocho jóvenes mexicanos para que ahí -aprovechando el interés suscitado por la visita papal- repartieran propaganda anticastrista, incitaran a la toma de parroquias, tuvieran reuniones con la disidencia y exhortaran a la subversión, en una acción sincronizada con grupos anticastristas radicados en Miami.

El gobierno cubano detectó esta maniobra y arrestó a cuatro jóvenes mexicanos pocos días antes de la llegada del Papa. Luego los liberó a principios de abril. Mantuvo en secreto ese operativo. Ahora -cuatro meses después- lo hizo público. Tomó esa decisión a raíz de que Calderón honró la memoria del recién fallecido disidente cubano Oswaldo Payá, quien fuera dirigente del Movimiento Cristiano de Liberación Nacional e impulsor del Proyecto Varela que intentaba una transición democrática en Cuba.

El pasado 23 de julio, al encabezar la ceremonia de premiación de la Olimpiada del Conocimiento Infantil 2012, en el Museo de Antropología, Calderón pidió a los asistentes guardar un minuto de silencio por la muerte del activista cubano, a quien consideró como uno de los más valientes y comprometidos luchadores por la libertad y los derechos humanos.

Los asistentes al evento se pusieron de pie y honraron en silencio la memoria de Payá, quien un día antes murió en un accidente automovilístico. Para los opositores al gobierno de la isla, se trató más bien de un accidente inducido.

En su discurso, Calderón no dio a conocer el motivo por el que no pudo entrevistarse con Payá durante el viaje que realizó a Cuba el 11 y 12 de abril pasado. Pero dicha visita estuvo a punto de cancelarse debido justamente a la detención de los cuatro jóvenes mexicanos (Proceso 1849), pues La Habana no informaba con puntualidad al consulado mexicano sobre los delitos que se les imputaban. El gobierno cubano los liberó el 7 de abril, en vísperas de la llegada del mandatario mexicano.

Calderón no quiso tensar más la difícil situación con el gobierno de Raúl Castro, y se abstuvo de entrevistarse con Payá y con otros líderes opositores como lo tenía previsto antes de realizar su visita de Estado.

Los elogios de Calderón al líder opositor molestaron al gobierno cubano, que en una especie de contraataque decidió hacer pública la maniobra subversiva del exsenador panista Bolio, muy ligado a Manuel Espino y a los grupos católicos de ultraderecha.

"Acciones subversivas"

En su edición del pasado 31 de julio, Gran-ma publicó un amplio editorial titulado La verdad y la razón en el que señaló: "Durante el pasado mes de marzo, días antes de la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba, ocho jóvenes mexicanos viajaron como turistas a...

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