Cancún, farol de la calle

AutorRosa Santana

CANCÚN, QR.- Concebido hace cuatro décadas como prototipo de desarrollo turístico sustentable, Cancún es un proyecto fallido.

“Este lugar es el ejemplo de todas las violaciones a la legislación ambiental, del desorden, de lo que no se debe hacer, de la destrucción de los ecosistemas, de cómo no se debe crecer en zonas vulnerables (como las costeras)…”, sostiene Alejandra Serrano, coordinadora regional del Centro Mexicano de Derecho Ambiental en Quintana Roo.

“Es una vergüenza lo que la ambición desmedida y la corrupción han hecho de este lugar”, lamenta y dice no entender “el posicionamiento muy verde, muy sustentable, en pro de la conservación del ambiente” que el gobierno mexicano ha manifestado ante la comunidad internacional cuando en lo interno ha incumplido sus obligaciones en ese sentido… y Cancún es la muestra.

“Este espacio, el hotel Moon Palace (sede de la Cop-16) está construido sobre zona de manglar y tiene la autorización de impacto ambiental pero no hizo el cambio de uso de suelo forestal. Desde el espacio que se escogió creo que hay mucho que leer, ni siquiera entre líneas, del mensaje que está mandando el gobierno mexicano. Todo está sostenido por alfileres y da la impresión de que se trata nada más de cortar un listón.”

Menciona que para esta reunión el gobierno pasó por alto la reglamentación en materia ambiental al destruir dunas en la zona de Playa Delfines para ampliar un estacionamiento.

“Y un monumento a las violaciones a la legislación ambiental es el aerogenerador”. Explica que esa torre de energía eólica –que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) instaló casi a última hora para suministrar energía al encuentro internacional– tuvo autorización para instalarse en terrenos cercanos al aeropuerto, lo que finalmente no ocurrió porque era un riesgo para las operaciones aéreas.

“Entonces tramitaron una nueva autorización para colocarlo en otro sitio, pero a 29 días de que empezara la Cop, para la CFE fue más sencillo iniciar las obras sin tener el permiso, porque finalmente todo iba a terminar en una multa que íbamos a acabar pagando nosotros con nuestros impuestos, pero el aerogenerador iba a estar listo para la foto del presidente”, añade.

“Desafortunadamente no le tengo confianza en materia ambiental al presidente”, admite y dice que “no puede ser que tengas muy buenas políticas internacionales pero no nacionales. De nada nos sirve que el gobierno se quiera comprometer de mucho en el exterior y promueva mecanismos...

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