Un campo de golf antiecológico

AutorAnne Vigna

RÍO DE JANEIRO.- Atrás de un letrero que reza "Reserva Golf, colocado en un pequeño edificio de vidrio, los futuros propietarios de cientos de departamentos de lujo beben champán frente a la maqueta del desarrollo, que será edificado en el barrio exclusivo de la Barra de Tijuca. En total, el complejo inmobiliario constará de 23 edificios de 22 pisos cada uno. Las edificaciones rodearán el campo de golf olímpico y ya están a la venta.

"El sol nace para todos, pero no con esta vista", anuncia la página web del desarrollo: "Tener un campo de golf a la entrada de su propia casa... en ninguna otra gran ciudad del mundo. Usted tendrá este privilegio: vivir enfrente del mar, de la vegetación de la Reserva de Marapendi y, además, tener el campo de golf olímpico como horizonte".

La promoción de la empresa es verdadera: las autoridades locales de Río de Janeiro entregaron 53 mil metros cuadrados de una reserva ambiental a la constructora RJZ Cyrela, para que erigiera sus 23 edificios a cambio de que construyera gratuitamente un campo de golf para los Olímpicos.

Por eso, activistas de la organización ¿Golf para Quién? se quedaron cuatro meses acampando en frente de las obras. Protestaron contra la destrucción de la Reserva de Marapendi, la única que quedaba en la zona.

Después de varias "visitas" de la policía municipal, que se llevaba el material de los campistas, los activistas abandonaron el campamento Ocupa Golf y reconocieron su derrota: "Ya está perdido, la reserva está perdida, una obra inútil va a ser construida", dijo entonces Sergio Ricardo, ambientalista y miembro de la organización.

"Lógico, ecológico y económico"

Desde el inicio, la obra fue considerada como inútil, dado que Río de Janeiro ya posee dos campos de golf. Uno de ellos -el Itanhangá Golf Club- está incluso en el mismo barrio de Barra de Tijuca, es reconocido internacionalmente y es parte de los "100 mejores campos de golf del mundo", según una lista hecha por la revista especializada Golf Digest, de Estados Unidos.

De hecho, todas las grandes competencias internacionales de golf en Brasil tienen lugar en ese sitio. Parecía lógico, ecológico y económico usar el desarrollo de 27 hoyos para la justa olímpica -que necesita nada más 18 hoyos.

Pero resulta que el Itanhangá Golf Club nunca fue considerado como una opción ni por el Comité Olímpico Internacional (COI) ni por el ayuntamiento de Río de Janeiro, según contó su alcalde, Alberto Fajerman, en una carta dirigida a las...

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