Brasil en guerra... contra un mosquito

AutorAndrés Corpas

RÍO DE JANEIRO/PERNAMBUCO.- No son aún las 10 de la mañana cuando tres militares uniformados y desarmados entran en una pequeña lavandería del barrio carioca de Copa-cabana con una funcionaria del Departamento de Sanidad. Los dos empleados y los tres clientes presentes en el local fruncen el ceño ante la llegada súbita e inesperada de los miembros de las fuerzas armadas.

"Estamos aquí para informarles de las medidas que deben adoptar para ayudar en la lucha contra el mosquito transmisor del zika", explica uno de los militares, mientras entrega dos didácticos panfletos sobre cómo evitar que los depósitos o cubetas de agua sirvan de criadero para las larvas del aedes aegypti.

"Tome también usted uno, señora", dice la agente sanitaria, quien viste una playera blanca con un estampado que muestra un mosquito gigante encerrado en una señal de prohibido.

Con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro a la vuelta de la esquina -faltan menos de seis meses- y localizado en la 'zona cero' de la expansión del zika, que ha infectado ya a 1.5 millones de brasileños, el país sudamericano puso en marcha el pasado sábado 13 una ambiciosa campaña para conscientizar a la población. La presidenta Dilma Rousseff viajó a Río de Janeiro y, vestida como funcionaría de sanidad, visitó un barrio pobre, dio instrucciones a la población sobre cómo impedir que el mosquito se reproduzca e incluso depositó ella misma químicos contra las larvas en contenedores de agua.

"Le ganamos la guerra a la fiebre amarilla en el pasado, y ahora vamos a ganarla contra el virus zika", aseveró la jefa del Estado, retratada por una nube de fotógrafos; llevaba una gorra blanca y una playera en la que se leía el eslogan "Zika Zero".

"Dos tercios de los criaderos del mosquito están dentro de las residencias. Por eso necesitamos la movilización de la población", aseveró la mandataria, quien calificó de "guerra" la acción emprendida por su gobierno contra el insecto.

A juzgar por los medios desplegados, razón no le faltaba: 220 mil militares fueron movilizados el sábado 13 por todo el país.Y en los días siguientes -del domingo 14 al jueves 18-, 55 mil soldados y 310 mil funcionarios de salud y medioambientales visitaron millones de residencias, negocios y edificios públicos en 270 municipios, según datos del Ministerio de Salud.

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