"El Bosco", 500 años de un enigma

AutorAnne Marie Mergier

HERTOGENBOSCH, PAÍSES BAJOS.- "No hubo nadie como él mucho tiempo antes de que naciera, y pasará mucho más antes de que aparezca alguien que se le pueda comparar", escribió en 1528 Albero Durero, el artista más insigne del Renacimiento alemán, sobre Jerónimo Bosch, El Bosco.

Unos 429 años después, en 1957, An-dré Bretón exclamó entusiasta:

Bosch es el visionario íntegro... Su obra cuestiona los fundamentos mismos de la pintura.

El mismo año, extasiado, Henry Miller proclamó:

Bosch es uno de los muy escasos pintores -¡y en verdad era muchísimo más que un pintor!- dotados de una visión mágica. Su mirada atravesaba el mundo fenoménico, lo volvía transparente y nos revelaba su aspecto original.

Muy poco tiempo antes del padre y señor del surrealismo y del novelista estadunidense, en 1953 Erwin Panofsky, afamado historiador del arte especialista en Durero y Tiziano, había tenido la modestia de inclinarse ante el insondable misterio del inmenso pintor ñamenco:

"No puedo dejar de pensar que aún nos falta por descubrir el verdadero secreto de sus pesadillas y de sus magníficas visiones. Sólo logramos abrir unos tantos agujeros en la puerta de la pieza condenada, pero seguimos sin encontrar la llave..."

Nada más sobrevivió a las vicisitudes del tiempo una cincuentena de obras de El Bosco: entre 21 y 25 cuadros y trípticos -sigue habiendo controversias acerca de la autoría de algunos- y otros tantos dibujos. Pertenecen a 25 patrimonios públicos y colecciones privadas y están diseminadas en 18 ciudades de nueve países europeos y de Estados Unidos.

Y desde hace cinco siglos estas escasas obras embrujan a quienes las contemplan. Poder admirarlas juntas es un privilegio sin igual. Sólo la celebración del V centenario de la desaparición del artista hizo posible ese milagro en dos ciudades íntimamente ligadas a la historia del maestro flamenco: Hertogenbosch (Bol-duque, en español, donde nació, vivió y falleció), y Madrid, que conserva en el Museo del Prado el mayor número de sus obras, herencia del rey Felipe II, quien tras casi dos meses de agonía murió rodeado por los cuadros y los trípticos del artista que veneraba.

La muestra del Noordbrabrands Mu-seum en Bolduque, El Bosco. Visiones de un genio, atrajo a 421 mil 700 visitantes en menos de cuatro meses -del pasado 13 de febrero al 8 de mayo- y dejó exhausto a todo el personal de la institución que acabó abriendo sus puertas 16 horas diarias los siete días de la semana.

Los directivos del Prado están convencidos de que El Bosco. Exposición del V centenario, que se inaugurará el martes 31 de mayo y se prolongará hasta el 11 de septiembre, vencerá ese récord de anuencia. Les sobran razones de sentirse optimistas: con 25 cuadros y trípticos -en lugar de 20 en Holanda- la restrospectiva madrileña será la más completa jamás realizada del enigmático flamenco...

Ofrecerá a los visitantes la oportunidad de ver el excepcional Jardín de las Delicias, una de las joyas del Prado, considerado como el tríptico más misterioso de El Bosco y que no fue prestado al Noordbra-bands Museum, así como el también espectacular Tríptico de San Antonio Abad del Museo de Arte Antigua de Lisboa, Cristo con la cruz a cuestas prestado por El Escorial, y La coronación de espinas ("Los improperios") de la National Gallery de Londres. Ninguna de las tres viajaron a...

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