Bolfy Cottom. Se va Florescano en un periodo de fuerte crisis institucional

AutorJudith Amador Tello

Reconocido como un historiador cuyos estudios aportaron a la construcción de la historia nacional y a la formación de generaciones de investigadores, Enrique Florescano Mayet fue también un funcionario público que estuvo al frente del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), una de las dependencias más importantes del país y tuvo un peso en la conformación de políticas culturales.

En esa faceta fue iniciador, junto con el doctor Julio César Olivé Negrete (1914-2008) y el maestro Augusto Urteaga, del proyecto sobre la historia integral del instituto, desde la conformación del Estado mexicano y la creación de los primeros museos del país como sus antecedentes.

El antropólogo y doctor en Historia y Derecho Bolfy Cottom, investigador de la Dirección de Estudios Históricos (DEH) de dicha institución y coordinador con Olivé del libro INAH, una historia, recuerda así a Florescano, quien falleció el pasado 6 de marzo en su casa en la Ciudad de México, a los 85 años.

Nacido en San Juan Coscomatepec, Ve-racruz, en 1937, miembro de la Academia Mexicana de la Historia, fundador de la revista Nexos, licenciado en Derecho por la Universidad Veracruzana, maestro y doctor en Historia por El Colegio de México y la Escuela Práctica de Altos Estudios de la Universidad de París, Francia, respectivamente, Florescano encabezó el INAH entre 1982 y 1988, año en el cual se funda el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), ahora Secretaría de Cultura.

Creador asimismo de diversos seminarios en la DEH --que dirigió entre 1977 y 1982-- con apoyo de los investigadores Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, José Joaquín Blanco, Solange Alberro y Antonio Saborit, y autor de diversos libros que abordan temas como la historia mesoamericana, las identidades y el patrimonio cultural de México fue, a decir de Cottom, "un gran intelectual e historiador... que aportó muchos elementos para comprender la diversidad cultural que ha permeado las líneas de investigación" en el INAH.

Es en su papel como servidor público en distintas instancias en las cuales ligó su papel de historiador, como Cottom reflexiona sobre su trayectoria y evalúa su peso en la política cultural del país.

Controvertido en su gestión, el doctor Florescano enfrentó momentos cruciales como el robo al Museo Nacional de Antropología en 1985 -dos meses después del terremoto que sacudió a la Ciudad de México--, las reformas a la Ley Orgánica del INAH, la conmemoración del Quinto Centenario del Encuentro de Dos Mundos --que encabezó--, y el controvertido Coloquio de Invierno, por mencionar algunos.

Cottom resalta que durante su paso por el INAH fortaleció sus atribuciones y facultades en materia arqueológica y fundamentalmente de orden histórico, "de hecho tuvo la visión de conformar la historia del instituto, pues había visiones fragmentadas de lo que había sido su origen y desarrollo".

Añade que fue un personaje que siguió aportando no sólo al instituto sino a la historia cultural del país hasta su muerte. Al mismo tiempo, acentúa que se deben reconocer sus virtudes de historiador, pero también sus claroscuros. En ese sentido, no pasa por alto su manera de ejercer la autoridad, "al estilo del maestro Alfonso Caso, tenía una forma muy peculiar, un carácter vertical que lo llevó a fuertes confrontaciones con los sindicatos".

A él se debe el inicio de un conflicto que permanece hasta la actualidad --expone Cotton--, y no porque lo haya generado él, sino que al tratar de establecer un mecanismo para que los...

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