Tiempo de Negocios / La industria de bebidas alcohólicas y el entorno cada vez más complicado para el sector

AutorDarío Celis Estrada

A la vuelta de una década son muchas las industrias que lograron sobreponerse a la crisis económica de 1994, tras aquel fatídico error de diciembre que colapsó la situación financiera de México.

Sin embargo, para los fabricantes de bebidas alcohólicas ese año marcó el inicio de un largo y complicado camino en donde las empresas hasta ahora han perdido la batalla con no pocos enemigos: el fisco, el contrabando, la piratería y la adulteración.

AC Nielsen, la prestigiada firma investigadora de mercados, dice en uno de sus últimos estudios que esta industria ha visto perder su volumen de ventas en 38 por ciento durante los últimos 10 años. Por cada peso que vendía en 1994 hoy factura alrededor de 55 centavos.

Por su parte, el INEGI refiere que el Consumo Nacional Aparente es de 30 millones de cajas al año, pero lo curioso es que los industriales reportan solamente la venta de 16 millones de cajas.

Lo anterior confirma el temor de los empresarios de este rubro: por cada botella de ron, tequila, whiskey o vodka que se coloca en el mercado formalmente establecido, se vende una en el llamado mercado negro, lo que se traduce en pérdidas millonarias para las compañías y el fisco.

Pero este último, vía el SAT, también ha apretado fuerte a la industria. Del 94 a la fecha las cargas fiscales han venido creciendo a tal grado que empresas completas perdieron viabilidad financiera en México.

El IEPS y el mismo IVA que se aplican a las bebidas alcohólicas alentaron el crecimiento desmesurado de ese mercado negro, que hace acto de presencia en el contrabando, la piratería y la adulteración.

Firmas tan reconocidas como Bacardí y Compañía y Grupo Domecq, han tenido que modificar radicalmente sus estrategias de negocios para sobrellevar esa crisis que ya cumplió una década. Por ejemplo, se favorece más la importación y distribución que la producción local.

Quizás el fenómeno más preocupante para la industria y el Gobierno es el que se deriva de la piratería y adulteración de las bebidas. Lo que pasa es que se han creado verdaderas mafias que han dado forma a una subindustria paralela a la formal.

Poseen instalaciones en donde realizan mezclas que trastocan las graduaciones del alcohol para obtener bebidas que expenden a precios muy por debajo del valor real. Violan el contenido, la presentación y la marca, con los consecuentes riesgos de salud para la población.

Sí, ciertamente, se podrán encontrar en comercios de dudoso prestigio botellas de a litro de a 30 o...

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