¡Basta, cardenal Rivera! (tu tiempo se acaba...)

AutorSabina Berman

Un movimiento que se antoja absurdo en el siglo 21 y que sin embargo viene logrando mucho en nuestro país. Por lo pronto ha logrado ya que los gobernadores de Durango, San Luis Potosí y Veracruz (este mismo lunes), en ceremonias masivas que la prensa nacional ha dejado sin reportar, "consagren" sus estados a la Virgen de Guadalupe y al Corazón de Jesús. Un movimiento que está inundando periódicamente las calles de Morelos cada domingo para destituir a su gobernador, abiertamente pro derechos y libertades igualitarios. Un movimiento que apenas hace dos semanas forzó al presidente Enrique Peña Nieto a recular en la iniciativa que envió al Congreso para incluir las bodas homosexuales en la Constitución, al tiempo que ha venido comprando a golpes de amenazas y billetes a los legisladores de los estados donde este año se ha criminalizado el aborto.

¿Qué hacen ante esta embestida del catolicismo talibán nuestros partidos políticos? ¿Qué hacen los legisladores de nuestra República laica? Al primer soplo se han hincado. Por boca de su jefe de bancada en el Senado, el senador Emilio Gamboa Patrón, el PRI declaró esta semana su sumisión: el PRI, dijo, no defenderá a los gays ni a las mujeres, porque "tiene cosas más urgentes que atender". La tibia reacción del PRD es patética, la propia de una izquierda muerta de miedo y sin voces articuladas. El líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, desde hace tiempo ha dado su beneplácito a los curas fundamentalistas: las mujeres y los gays le parecen a él "temas menores", su expresión, no la mía. El ala liberal del PAN está dejándose arrasar por sus extremistas. Y en conjunto los políticos se tapan los oídos, se hincan y persignan ante el arzobispo Norberto Rivera, luego se levantan y se van a sus pecados, dejándoles el problema a los ciudadanos.

¿Qué dice por su parte El Vaticano? Por lo pronto nada oficialmente. Pero el padre David Fernández, jesuíta y rector de la Universidad Iberoamericana, publicó esta semana en el periódico Reforma un artículo inquietante. En él afirma que la Iglesia del siglo 21 tiene como reto "incluir a la diversidad" y "reconocer la dignidad" de los gays y las mujeres. Al afirmarlo, da por sentado que la Cristiada mexicana no cuenta con la bendición del Papa Francisco. Por su parte el padre Alejandro Solalinde ha sido aún más claro. Ha declarado que este movimiento nace de "las fobias personales del arzobispo Norberto Rivera", fobias que "no corresponden a la línea del Vaticano"...

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