En Baja California, un pobre historial

AutorRicardo Ravelo

El 14 de agosto de 2010, al sustituir a Fernando Gómez Mont como secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora -fallecido el viernes 11 con siete de sus colaboradores al desplomarse el helicóptero que los transportaba- recibió la encomienda más complicada del sexenio: combatir al narcotráfico y todas las modalidades del crimen organizado.

Aquel día, las palabras del presidente Felipe Calderón -que ya había perdido, en otro trágico accidente plagado de sospechas, a su secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño- fueron enfáticas y precisas:

"Le instruyo a encarar con responsabilidad y compromiso la lucha en contra del crimen organizado y por la seguridad pública, las instituciones, así como tomar parte activa en el diálogo que he propuesto con todas las fuerzas políticas del país y la sociedad en su conjunto, con el fin de fortalecer la estrategia nacional de seguridad como una política del Estado mexicano."

Blake asumió el cargo a pesar de que arrastraba fuertes señalamientos por presunta protección a bandas del narcotráfico en Baja California, su estado natal, y no obstante que se había rodeado de colaboradores sobre quienes pesaba la sospecha de servir a los intereses del crimen organizado.

Como secretario de Gobierno de la entidad, Blake contrató los servicios de un personaje conocido como El comandante Simón, cuyo verdadero nombre es Iván Ortega Colmenares, y quien arrastraba buena fama desde su paso por Sinaloa, donde en 2000 supuestamente había hecho bajar los elevados índices de secuestros.

Lo cierto es que como funcionario del gobierno sinaloense solía extorsionar -y en otros casos cobraba fuertes sumas de dinero- a los familiares de las víctimas de secuestro. Todo ello presuntamente con el objetivo de que los plagiados fueran liberados.

Y como secretario de Gobernación, Blake Mora se enfocó, sin mucho éxito, a consolidar la "política de Estado contra el crimen organizado", como le solicitó el presidente. Pese a que se desarrollaron operativos con más refuerzos militares y policiacos en diversas entidades del norte y sur del país, la violencia no descendió. Tampoco el narcotráfico, cuyas redes continuaron operando en México y extendiéndose hacia otros países de Centro y Sudamérica.

En la recta final del sexenio, la lucha del presidente Felipe Calderón contra el narcotráfico ya es considerada como un fracaso, de acuerdo con el más reciente informe de la organización Human Rights Watch (HRW), dado a conocer el jueves 10.

En el reporte Ni seguridad ni derechos: ejecuciones, desapariciones y tortura en la guerra contra el narcotráfico HRW establece que durante la lucha contra el narcotráfico, en vez de fortalecer la seguridad pública en México, la guerra de Calderón ha conseguido exacerbar un clima de violencia, caos y temor en muchas partes del país.

El informe destaca que en muchos estados los miembros de las...

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