Atrae Biarritz con sus playas

AutorMónica Delgado

EL NORTE / Corresponsal

Al suroeste de Francia, en el límite extremo con España, Biarritz es uno de los lugares más atractivos.

Entre el encanto de un pueblo de pescadores y su fama de playa para ricos y famosos, es un balneario de centros termales con posibilidades culturales y deportivas.

Los aficionados al surf y al golf lo conocen por las importantes competencias que organiza, y el público de festivales se da cita cada año para presentaciones de danza, música u otras culturas.

Pero el mejor espectáculo de Biarritz es el mar. Esa costa rocosa labrada caprichosamente por las embestidas del mar y el viento es paseo favorito de biarrotas y turistas.

Su punto de observación más famoso es el peñasco de la Virgen, llamado así porque en su cumbre se colocó en 1865 una virgen que se ha convertido en el símbolo de Biarritz.

Se puede visitar gracias a una pasarela metálica, obra del famoso Gustave Eiffel. Ahí se siente el rugir del océano y hasta se puede probar el sabor salado del agua de mar cuando las inmensas olas envuelven su punta avanzada y bañan a los turistas.

Ese "pueblo blanco de tejados rojizos y postigos verdes", como lo describió en 1843 uno de sus primeros admiradores, el escritor francés Victor Hugo, ha crecido desde entonces y se ha forjado su personalidad a través de influencias tan diversas y variadas que hasta la Virgen de Guadalupe tiene una capilla.

La gran época de Biarritz inició con la llegada de la Emperatriz Eugenia, consorte de Napoleón III.

La pareja imperial construyó la Villa Eugénie, inspirada en el estilo Luis XIII, y Biarritz se convirtió en el lugar de veraneo predilecto de la alta sociedad europea.

Ferviente católica, la Emperatriz mandó construir una Capilla en honor a la Virgen de Guadalupe que hoy forma parte del patrimonio histórico de la ciudad.

A la muerte de Napoleón III, Eugenia de Montijo vendió su residencia, que se transformó en el fastuoso Hotel du Palais. Aunque el ala principal se reconstruyó después de un terrible incendio en 1903, el lugar conserva su magnificencia y es uno de los orgullos de Biarritz.

Cada época y sus famosos visitantes como la legendaria Sissi, Emperatriz de Austria, los escritores Alexandre Dumas y Emile Zola, Coco Chanel, Rita Hayworth y el Aga Kahn, o los duques de Windsor, aportaron diversidad y contraste de estilos y ambientes.

Entre las típicas casitas vascas de techos rojos de dos aguas se fueron filtrando construcciones diversas, desde el majestuoso Hotel du Palais...

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