Los ataques al GIEI, desde niveles muy, muy altos

AutorRafael Croda

BOGOTÁ.- La exfiscal colombiana Ángela Buitrago creía que los furiosos ataques de la extrema derecha colombiana dirigidos en su contra la década pasada -por investigar a militares involucrados en graves violaciones a los derechos humanos- le habían dejado la piel lo suficientemente dura.

Pero su trabajo durante 13 meses en México como integrante del Grupo Inter-disciplinario de Expertos Independientes (GIEI) en torno al caso Ayotzinapa le demostró que no era así; supo también que sus investigaciones podían desatar reacciones aún más virulentas que las que enfrentó en Colombia.

"En México hay francotiradores en la prensa que tiran a matar; son muy duros. Son contratados (por las autoridades) y (publican notas y reportajes) sesgados. Están hechos para eso: para pegarte un tiro con mentiras y tergiversaciones", sostiene.

Hace dos semanas ella y los otros cuatro integrantes del GIEI divulgaron en la Ciudad de México su segundo y último informe sobre los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, y aún no se ha desprendido del todo de esa investigación. "Quizá nunca logre hacerlo", comenta.

Todavía le dan vueltas en la cabeza las diligencias y las líneas de investigación inconclusas, los obstáculos que le pusieron al GIEI la Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de Gobernación -las instituciones coadyuvantes- a partir de enero.

"Fue una experiencia muy dramática desde el punto de vista humano porque hay 43 familias que no tienen respuesta sobre lo que pasó con sus hijos. Eso es muy duro. Son víctimas que no han tenido ni verdad ni justicia. El Estado las oye, pero no las escucha", dice a Proceso la exfiscal en su despacho de abogada penalista en el centro de la capital colombiana.

Para Buitrago no hay duda de que los obstáculos a la investigación del GIEI fueron por instrucciones del gobierno mexicano "que venían de niveles muy altos".

Funcionarios de la PGR y de la Secretaría de Gobernación con quienes se quejaba del entorpecimiento a las labores del grupo le decían: "Es que no me dejan"... "no puedo hablar".

Sus compañeros del GIEI comenzaron a notar "una cerrazón" por parte de la PGR a sus solicitudes de diligencias desde enero pasado, asegura. Les daban largas, excusas administrativas -"no hay presupuesto", les decían- o los citaban con una hora de antelación a interrogatorios que llevaban semanas pidiendo y a los que les resultaba imposible llegar.

"Había personas que querían hacer las cosas, pero había otras que...

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