Así se fugaron del Reclusorio Sur

AutorSara Pantoja

"Sin novedad". Tal fue el reporte que los custodios del segundo turno emitieron entre las 19:30 y las 20:10 horas del 28 de enero, tras el pase de lista habitual en las zonas 1 y 2 del área de Ingreso del Reclusorio Preventivo Varonil Sur de la Ciudad de México. Aquella noche todo transcurría con aparente tranquilidad en el penal de mediana seguridad ubicado en la colonia San Mateo Xalpa, alcaldía Xochimilco, donde cumplen condena o esperan sentencia 3 mil 334 personas.

Hasta entonces, en las celdas 7, 8 y 9 estaban Víctor Manuel Félix Beltrán, El Víc, presunto operador financiero de la familia de Joaquín El Chapo Guzmán; así como Yael Ozuna Navarro y Luis Fernando Meza González, presuntos integrantes del Cártel de Sinaloa. Los tres estaban a punto de ser extraditados a Estados Unidos bajo cargos de delitos contra la salud, asociación delictuosa, lavado de dinero y distribución de sustancias controladas en aquel país.

Aquella habría sido una noche menos de espera para su inminente extradición. Sin embargo, entre las 21:00 horas del martes 28 y las 01:00 siguientes, las cámaras de videovigilancia de las zonas 1 y 2 grabaron movimientos inusuales de al menos cinco internos y tres custodios. Pero ningún funcionario alertó a sus superiores.

Un plan minucioso

Las autoridades no tienen claro en qué momento ocurrió, pero las rejas de las celdas 7,8 y 9 quedaron abiertas, pues ni Raúl "N" ni Arturo "N" -los custodios encargados de ponerles el candado obligatorio- cumplieron su responsabilidad, según acusó el fiscal antisecuestros, Luis Fernando Trejo.

Lo mismo pasó con las rejas de las cinco puertas siguientes, ubicadas en el único camino existente para salir del reclusorio, en funcionamiento desde 1978. Ni Enrique "N", responsable de los candados de la zona, ni Adrián "N", el jefe de grupo de custodios encargado de candados, lo reportaron a sus superiores.

Eran las primeras horas de la madrugada. El Víc, Yael y Luis Fernando emprendieron el escape sin obstáculos y sin nada más que la ropa que vestían. Uno de ellos se dio tiempo de acomodar prendas sobre la plancha donde dormía y taparlas con una cobija para simular que aún estaba ahí.

En absoluto silencio, pero apresurados, los tres caminaron por la estancia 6, que estaba vacía. Ahí encontraron que uno de los barrotes de seguridad había sido previamente cortado para que ellos pudieran salir. El plan iba bien. Aquel hueco los llevó a bajar un metro y medio para llegar a una segunda área común, donde había una malla ciclónica que dividía el camino hacia la planta baja.

Al llegar ahí encontraron dos pinzas para cortar alambre, que alguien les dejó como parte del plan de fuga. Esas herramientas fueron introducidas al penal pese a los equipos detectores de metal recién instalados en las aduanas, como reporta la página en internet del Sistema Penitenciario.

Los segundos...

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