El asesinato de jesuitas tensa las relaciones Iglesia-Estado

AutorBernardo Barranco V.

El mayor señalamiento de los comunicados y posicionamientos del episcopado y de la Compañía de Jesús es que el presidente debe cambiar su estrategia de seguridad.

El comunicado de los obispos mexicanos es elocuente: "Hacemos un llamado al gobierno federal y a los distintos niveles de autoridades: es tiempo de revisar las estrategias de seguridad que están fracasando. Es tiempo de escuchar a la ciudadanía, a las voces de miles de familiares de las víctimas, de asesinados y desaparecidos, a los cuerpos policiacos maltratados por el crimen. Es tiempo de escuchar a los académicos e investigadores, a las denuncias de los medios de comunicación, a todas las fuerzas políticas, a la sociedad civil y a las asociaciones religiosas. Creemos que no es útil negar la realidad y tampoco culpar a tiempos pasados de lo que nos toca resolver ahora. Escucharnos no hace débil a nadie, al contrario, nos fortalece como nación".

En síntesis, revisar la estrategia de seguridad, escuchar a los diversos actores involucrados y no quedarse sólo en culpar al pasado.

Andrés Manuel López Obrador ha sido el candidato y el presidente que ha utilizado el mayor número de menciones y metáforas religiosas, tanto en sus discursos, mañaneras, como en entrevistas, tanto en sus gestos como en sus símbolos de fe. AMLO tiende a vincular la ética política con los valores religiosos. Y no sólo se enfocaba en los iconos cristianos, sino también en los rituales mesoamericanos, santeros y chamánicos.

El despiadado asesinato de los respetables jesuitas en la sierra Tarahumara ha fisurado las relaciones del presidente con la Iglesia católica. La sangre derramada en el templo de la sierra es sólo comparable con el sacrificio de monseñor Óscar Arnulfo Romero en marzo de 1980 en San Salvador. El secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Ramón Castro, en un video áspero, demandó: "Es responsabilidad de quien gobierna procurar la justicia, favorecer la paz y la concordia en la convivencia social".

Pese a los fuertes señalamientos católicos, el presidente López Obrador aseveró que su estrategia de seguridad marcha bien, a pesar de que los números son muy desfavorables; respondió que no modificará su política de seguridad. Dijo "No vamos a cambiar la estrategia; que sigan con sus campañas de desprestigio".

El tono del debate subió de tono. Los rectores de diversas universidades jesuitas advirtieron que en México se vive un "Estado fallido y una crisis de seguridad", y llamaron a...

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