Arturo A. Dager y Miguel Ángel González Félix. La importancia de los litigios internacionales

AutorErnesto Hernández
Páginas42-45

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Como abogados internacionalistas*, coméntennos qué es para ustedes un litigio internacional.

Entre las empresas y los particulares suele considerarse internacional aquel asunto que trasciende las fronteras de ubicación de una de las partes, en el que se pueden aplicar o no ciertas normas de carácter mundial. Es decir, básicamente, alguno de los involucrados tendrá que jugar en un terreno distinto al propio y con reglas diferentes a las que conoce y a las que suele estar sometido. En el ejercicio de la práctica profesional estos asuntos pueden entenderse en una doble vía: una mucho más sencilla y frecuente que consiste simplemente en tener como cliente a una entidad o particular extranjeros y otra de mayor complejidad que consiste en defender los intereses de una persona o entidad en otra jurisdicción, o bien aplicar un derecho extranjero o internacional. En nuestra opinión, no es únicamente el asunto de un cliente extranjero, sino la atención de un cliente local con necesidades legales en el extranjero, o viceversa.

Por otra parte, todos los litigios entre naciones, por su naturaleza, son de carácter internacional al estar involucradas como partes del conflicto dos soberanías, dos Estados autónomos e independientes.

¿En qué radica entonces la complejidad de los asuntos legales internacionales?

La principal dificultad para quien se vea involucrado en un litigio internacional es preparar la mejor defensa de sus intereses, ya sea como parte actora o demandada, en un Estado que no es el propio y cuyo derecho se desconoce. Con la facilidad de las comunicaciones actuales pensemos, por ejemplo, en una empresa mexicana pequeña o mediana que por medio de grandes esfuerzos decide exportar sus productos al mercado estadounidense; se relaciona con un cliente a través de medios electrónicos, intercambian imágenes y descripciones de los artículos o los productos, llegan a un acuerdo, se recibe un anticipo, se envía el producto y el cliente incumple el pago final. Pensar cómo recuperar su dinero será la primera reacción; entrar en pánico es la segunda, pues se encuentra frente a una situación nueva y desconocida: ¿cuánto tiempo tengo para ejercitar mi derecho?, ¿lo puedo ejercer desde mi país o tengo que ir al lugar donde se encuentra mi contraparte?, etcétera. Esto último es mucho más costoso.

¿Entonces las empresas grandes no tienen este tipo de problemática?

Evidentemente sí; todo tipo de empresas y personas están expuestas a afrontar un conflicto internacional; sin embargo, las empresas grandes y las trasnacionales están más habituadas a litigar en múltiples foros, fundamentalmente a través de filiales, con las cuales, para efectos prácticos, convierten los asuntos en “locales”, lo que no significa que no requieran de una debida asesoría, pues existen circunstancias que de aplicarse correcta o incorrectamente pueden repercutir en un beneficio o un perjuicio en el manejo del asunto. Sin embargo, los particulares y las empresas sin una cobertura en el exterior son los más expuestos a las complejidades de un asunto internacional; por eso la referencia a las empresas de tamaño medio o pequeño.

¿Cuáles son los elementos que hay que considerar para la correcta atención de un...

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