Los archivos universitarios como parte del patrimonio documental

AutorGustavo Villanueva Bazán
Páginas101-120
101
Los archivos universitarios
como parte del patrimonio documental
Gustavo Villanueva Bazán*
Desde sus inicios, la universidad se realiza como espacio de encuen-
tro, como relación libre de enseñanza-aprendizaje; su fuerza radica
más que en el poder político, en el saber y en el hacer.1 Es una comu-
nidad libre, de intereses comunes y con propósitos similares en tanto
se busca el saber como parte de un compromiso con la sociedad que
la contiene.
Las universidades han requerido desde sus orígenes, capacidades
propias de autorregularse, y por tanto, de darse a sí mismas órdenes
jurídicos propios, internos, que aseguren sus propias capacidades de
buscar la verdad y transmitirla a la sociedad de la cual dependen y
para la cual desarrollan sus objetivos y cumplen sus actividades. Esto
produce una relación necesariamente característica y decisiva de las
universidades, libertad y saber, dos elementos sin los cuales no podría
entenderse a la universidad. Es en este sentido, como Ortega y Gasset
definiera a la universidad: ¡la inteligencia como institución!2
La universidad a través de su historia, ha ido definiendo sus carac-
terísticas fundamentales y asimismo, sus objetivos y por tanto sus ta-
reas esenciales y sus formas de hacer. De alguna manera ha enfrentado
durante su desarrollo la tensión entre la idea que la concibe sólo como
institución que coadyuva con la sociedad en la formación de profesio-
nales, y aquella que la concibe como una impulsora crítica de las cien-
*bazan@servidor.unam.mx. Archivo Histórico de la UNAM.
1Véase el excelente ensayo de Fernando Pérez Correa y de Hanns-Albert Steger, La Universi-
dad del futuro, México, CESU-UNAM, 1981, pp. 28 y ss.
2Misión de la Universidad, Madrid, El Arquero-Revista de Occidente, 1967, p. 95.
Gustavo Villanueva Bazán102
cias y de sus aplicaciones. Albert Steger, al respecto, señala que la
universidad no se originó ni se ha desarrollado en esencia como un
centro de transmisión del saber; al margen de una atención escrupulo-
sa al problema de los fundamentos del saber, parece permanecer siem-
pre la idea de que lo esencial, en la definición de la universidad, es
precisamente su capacidad de reanimar, en todo momento, las eviden-
cias constitutivas del saber científico; esto es, su capacidad crítica
frente al conocimiento mismo.3
La universidad se ha distinguido por ser crítica ante el saber, ante
la verdad, es más, éstas son nociones que surgen de la necesidad mis-
ma de conocimiento. El universitario es, a la manera de Ortega y Gas-
set, el menesteroso de una ciencia, el que siente la profunda necesidad
de la verdad y que por lo mismo se acercará cauteloso al saber ya he-
cho, lleno de suspicacia, sometiéndolo a crítica.4
Tomando en cuenta que es el conocimiento la materia prima de la
universidad, las actitudes que se asumen ante el mismo son la ense-
ñanza, la investigación y la extensión de los bienes que provoca ese
conocimiento y que se traducen en la formación de una cultura, senti-
do y misión de la universidad, según el mismo Ortega y Gasset.
Las universidades deben acercarse al conocimiento tratando de con-
servar y reproducir esa autonomía que las coloca en un sitio privilegiado
en tanto esto les otorga la capacidad de producir un conocimiento inde-
pendiente, sin compromisos con ninguno de los sectores de la sociedad.
De esta manera, las universidades desarrollan tres funciones bási-
cas para el logro de sus objetivos: la docencia, la investigación y la
extensión de la cultura. Por supuesto, para el buen logro de las mismas,
es necesario el despliegue de una gran actividad administrativa.
Formar los recursos humanos de calidad que puedan enfrentar
los problemas de la sociedad, capaces de actuar de manera soli-
daria y con una formación humanista.
Investigar para ampliar las fronteras del conocimiento, la forma-
ción de recursos humanos, la creación de una cultura propia y la
solución de los problemas nacionales, y
3Fernando Pérez Correa y Hans-Albert Steger, op. cit., p. 30.
4Ortega y Gasset, op. cit., p. 117.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR