Aprende de la vida entre muertos

AutorYáscara López

Trabaja con ellos, los procura, les da buen trato. Los recibe después de alguna desgracia, atentado o accidente y después los asea, sutura y al final trata que parezcan los mismos de cuando tuvieron vida.

Su trabajo es de investigación, pero es más de respeto y buen trato a los muertos que llegan a las planchas del Servicio Médico Forense del DF.

Desde hace 23 años, Sergio Adrián Arreola Velázquez pesa los cadáveres, los mide y los maniobra. Los abre para investigar las causas de su muerte, pero considera que también es importante cómo entregarlos a sus familiares.

Es uno de los más antiguos técnicos forenses del Semefo, y aunque a los 13 años le llamaron la atención, hasta los 17 años tuvo el primer cadáver en sus manos. Lo hizo solo y supervisado por gente con experiencia, impulsado por su abuelo y tío, quienes también tenían la carrera de técnico embalsamador.

Con overol azul y botas de plástico negras, toma serrucho,cuchillo y cinta métrica para iniciar una, del promedio de tres necropsias que realiza durante su turno, de la mano de los médicos forenses.Ahora, dice, sus experiencias lo hacen valorar más la vida.

"Me gustaba ver a las personas fallecidas, no por morbo sino por la poco o mucha experiencia, como padre es mi obligación tomar los casos y prevenir a mis familiares".

Con un hilo nylon y aguja curva cose las heridas más delicadas en cara, oídos. Los cortes y suturas más dolorosas y difíciles, reconoce, son de niños y ejecutados con más de tres balazos en la cara.

Los baleados representan un trabajo arduo, dice, pues casi siempre los impactos son en la cara y cabeza, lo que hace que las suturas tengan que ser más delicada para rescatar la imagen original del rostro.

Cuando llegan los putrefactos debe ponerse, además de su overol, pijamas quirúrgicas, guantes y concentrarse más de lo habitual pues la mayoría de las veces el olor es insoportable. Aún así, Sergio se considera afortunado, pues vive la vida entre muertos y vivos, como le gusta.

Valor de la vida

El Semefo recibe al rededor de 475 cadáveres en promedio mensual.

Las cifras no son nada, asegura el técnico, en comparación con aquellos años en los que sólo había un turno y a Sergio junto con el grupo de químicos, doctores y peritos les correspondía atender hasta 60 cadáveres en un fin de semana.

"Era pesado", comenta, "pero tenía un buen equipo". Igual que su abuelo y tío, el valor por la vida y la prevención por los accidentes le hicieron acercarse al Semefo.

Cuando...

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