Aplicación y tratamiento legal del precontrato
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En la vida cotidiana de cualquier persona o en el ámbito empresarial es común que se lleven a cabo operaciones comerciales como la compraventa de automóviles, casas o cualquier otro bien mueble o inmueble que puede ser objeto de comercio o, en su caso, el arrendamiento de un local, etc., y para formalizarlos se requiere celebrar un contrato, en el cual se hagan constar las condiciones de la transacción.
Sin embargo, a veces no es posible formalizar de inmediato el contrato, pues se presentan algunos imprevistos que lo impiden, tales como la falta de efectivo suficiente para adquirir el bien o los elementos necesarios para investigar acerca de los aspectos básicos del mismo, lo cual implica inversión de tiempo, y puede provocar que el oferente opte por cerrar la operación con un tercero o que el precio del bien en el que se está interesado incremente su valor por los efectos de la inflación. Una opción para que lo anterior no suceda, es celebrar un precontrato que compromete a las partes que intervienen en el acuerdo de transacción a celebrar un contrato definitivo en un momento distinto o futuro al cual se está celebrando el precontrato.
El precontrato puede utilizarse para asegurar el suministro de materias primas y materiales para fabricar productos o el ofrecimiento de servicios necesarios para la operación de la empresa.
Un ejemplo de dicho concepto se puede observar en los salones de eventos sociales, los cuales para la temporada decembrina necesitan contar con recursos específicos para los eventos que se contratan en ellos; como por ejemplo, fiestas de fin de año o bodas, en donde los empresarios de los salones requieren contar con una mayor cantidad de vino, flores de noche buena para adornar el local, velas, adornos florales, pavos y otros productos que en esa temporada puede ser difícil conseguirlos debido a su demanda, por esta razón, a través de la celebración de un precontrato con sus proveedores, estos lugares pueden asegurarse de contar con los insumos necesarios para otorgar sus servicios a un precio ya acordado. Asimismo, las florerías pueden celebrar precontratos con sus proveedores (dueños de invernaderos) para que el precio de las flores les sea respetado en las temporadas altas, de acuerdo con lo establecido en el mismo, ya que en fechas como el día de las madres, día de muertos, por mencionar algunos festejos, es cuando existe mayor demanda de flores; y por tanto, el precio de éstas tiende a incrementarse considerablemente.
Por éstas y algunas otras razones que puedan existir, es conveniente utilizar el precontrato, ya que es un elemento que puede favorecer las negociaciones de una empresa o trato entre particulares.
Los antecedentes que se tienen del precontrato son escasos, pero la referencia más remota de la cual se tiene conocimiento se encuentra en el derecho romano en el texto de Justiniano, el cual hace alusión al precontrato al disponer que en el caso de que el pacto verbal fuera acompañado de arras, si las partes se negaran a cumplirlo las perderían, con lo cual se reconoce el pacto celebrado y los efectos del incumplimiento de la promesa.
Es importante mencionar que en el derecho romano la promesa de vender, arrendar, etc., era llamada como pactum de contrahendo; es decir, este pacto obligaba a las personas que lo llevaban a cabo, a adquirir los bienes o a realizar los actos prometidos.
El antiguo derecho español muestra un antecedente claro y preciso del precontrato en el Código de las Siete Partidas, de Alfonso X el Sabio, en cuya Ley XX, XXI, Partida V, se dice que cualquier cosa que se encontrara en poder de los hombres o acostumbrada a enajenarse entre ellos podía ser prometida.
También en México, los códigos civiles anteriores al vigente; es decir, el de 1870 y el de 1884, regularon la promesa de venta como una manifestación del precontrato.
El precontrato también es conocido como contrato preparatorio, previo, preliminar, de compromiso o de promesa, razón por la cual es importante dar a conocer todas sus acepciones, pues el desconocerlas pudiera causar confusiones al considerar que éstos son distintos al precontrato, siendo que son una misma figura jurídica o instrumento legal.
Este es definido como aquel que está encaminado a efectuar un contrato futuro entre las mismas partes que lo celebran, de acuerdo con lo expresado por el autor Rafael...
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