Anuncio polémico

La propaganda distribuida desde la Casa Blanca y la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos comenzó a circular muy pronto. América ha volteado la página de un acuerdo comercial que sacrificó nuestra prosperidad, ahuyentó nuestras compañías, nuestros trabajos y el bienestar de nuestra nación. Es la primera frase del documento de la Casa Blanca que se titula "Trump cumple su promesa de renegociar NAFTA".

Por su parte, de la oficina del representante comercial salieron páginas informativas, en una de las cuales se afirma: "El nuevo acuerdo... transforma las cadenas productivas para que tengan mayor contenido producido en Estados Unidos, en particular contenido que es clave para la producción automotriz en el futuro, así como para generar empleos altamente remunerados".

Más allá de las preocupaciones que suscitan las frases anteriores, lo cierto es que a pesar del ánimo festivo con que se recibió el anuncio del acuerdo, hay una serie de interrogantes abiertas que se deben responder para convertirlo en realidad. Se trata de un texto preliminar en el que es incierta la participación de Canadá y, por consiguiente, la posibilidad de que lo ratifiquen los congresos mexicano y estadunidense.

El tema de Canadá es el que despierta mayor preocupación. Al momento de escribir estas líneas escasea información sobre si hay posibilidades de que ese país que se una, a más tardar el próximo viernes, a lo acordado por México y Estados Unidos. Según informaciones, hay en el nuevo acuerdo una diferencia sustantiva con Canadá en lo referente al capítulo sobre solución de controversias, en el que México ha cedido respecto a su eliminación. Por lo demás, hay motivos para creer que habría algunas diferencias respecto al porcentaje de diversos bienes manufacturados que se deben producir en Estados Unidos. Por esta y otras razones de carácter político puede preverse que Canadá no se ajustará a los tiempos políticos apresurados que convienen a los gobiernos de Trump y Peña Nieto.

De no haber una plena incorporación de Canadá a un texto común, lo que se presentaría al Congreso no sería la renegociación o modernización del NAFTA, para lo cual está autorizado Trump. Se buscaría la ratificación de un acuerdo bilateral de comercio con México, de lo cual no se ha hablado con el Congreso estadunidense.

Paralelamente a las incertidumbres citadas, las opiniones en México provenientes de analistas políticos y especialistas en cuestiones comerciales son escépticas...

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