Ángel Rosas y su coreografía de la enfermedad

AutorRosario Manzanos

Anecdotario de inscripciones urbanas, multidisciplinaria-video, sonido, foto, impresos, escenografía, instalación-, a decir del creador, es un concepto que tiene como eje la belleza casi involuntaria existente en el caos, la decadencia urbana, la soledad, la pérdida, el horror y la enfermedad que configuran uno de los universos de la Ciudad de México.

Rosas explica a Proceso sus ideas sobre la investigación que viene desarrollando desde hace varios años al lado de Jacque-line López e Ismael Franco, un grupo de bailarines de la Compañía Nacional de Danza del INBA, el estudiante de técnicas de animación Balam Nájeray un singular grupo de amigos que diseñan luces lo mismo que activan máquinas de humo durante la ejecución de la serie coreográfica Fainted, Morbid Anatomy y Memoria Endémica.

Mi o más bien nuestra intención era ir desde un proyecto gráfico hasta el foro bajo una sola unidad. La concepción de la escena para mí no sólo pertenece al espacio sino a la contundencia de una serie de experiencias de realidades paralelas que conviven en decadencia, en la trasgresión de límites autoimpuestos en las ruinas y en la incapacidad de aprehender la memoria de lo que en algún momento fuimos o somos.

Para Ángel Rosas es resultado del análisis de su propia vida. Y no vista desde una perspectiva existencial, sino desde la llana realidad del cuerpo y el caos que puede reinar dentro de él. Hace unos años el coreógrafo fue víctima de una extraña enfermedad en la que una bacteria empezó a devorarlo literalmente. Perdió masa muscular de la espalda y algunos de sus órganos internos se lesionaron. Estuvo al borde de la muerte.

Se le controló, pero vive bajo la amenaza de recaer o tener complicaciones. De por vida está en rehabilitación física, y la bacteria lo atacará de nuevo.

Por lo de mi espalda y la rehabilitación no quise brincar a otro mundo, coincidí con Jaquie en buscar reflejar un mundo contaminado ecléctico e híbrido como elemento totalizador. Hacer algo totalmente desencantado, irreductible e implacable.

Y a la pregunta expresa de si la suya se trata de una decadencia burguesa, brinca y responde a quemarropa:

Esto tiene que ver más con la condición humana en el sentido de la pérdida, de lo que deviene al perder la salud, la memoria, el momento, la perspectiva, la espiritualidad y caer en proclividad al subrayado destructor pesimista, pesimista, maloliente, obscuro. Es otra forma de concebir el cuerpo como algo brumoso no ligado directamente...

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