Andanada de racismo

AutorAnne Marie Mergier

PARÍS.- Soplan malos vientos sobre Francia. Desde hace semanas Christiane Taubira, ministra de Justicia, es objeto de insultos racistas cada vez más degradantes que recuerdan la peor época colonial.

Entre las invectivas lanzadas en su contra destacan tres.

El pasado 17 de octubre, en una entrevista de televisión, Anne Sophie Leclere, del ultraderechista Frente Nacional (FN) y quien sería candidata en las elecciones municipales de marzo de 2014, asumió serenamente el hecho de tener en su página de Facebook un fotomontaje en el que Taubira asemeja un chango.

Nacida en el departamento de Ultramar de la Guayana Francesa, la ministra es negra.

Sin parpadear, Leclere explicó a la reportera del Canal France 2: "Esa mujer es una salvaje. Cuando sonríe tiene la sonrisa del diablo. Prefiero verla en los árboles colgada de las ramas que en el gobierno".

Marine Le Pen, lideresa del FN y quien multiplica esfuerzos para dar una fachada respetable a su partido, se vio obligada a desmontar la candidatura de Leclere.

Pero el insulto no provocó mayor revuelo en la clase política francesa ni en la opinión pública. No estremeció a los intelectuales siempre dispuestos a denunciar las violaciones a los derechos humanos urbi et orbi.

Ocho días después, el 25 de octubre, familias hostiles a la ley que autoriza el matrimonio homosexual -elaborada por Taubira y adoptada por la Asamblea Nacional el pasado 17 de mayo- se movilizaron en Angers contra la ministra de visita en esa ciudad. Ante la mirada divertida o enternecida de sus padres, niños de 10 años la recibieron agitando cascaras de plátano y gritando: "¡Mona, come tu banano!".

Este bochornoso incidente tampoco causó conmoción. Jean-Marc Ayrault, jefe de gobierno, se demoró cinco días en condenar los insultos: el 30 de octubre, en el recinto de la Asamblea Nacional, manifestó públicamente su solidaridad con su ministra. Los diputados socialistas se levantaron para aplaudirle. Los de derecha se quedaron sentados.

El miércoles 6 el matutino Liberation publicó una entrevista con Taubira. Al final de la plática los reporteros le preguntaron si no se sentía desilusionada ante las reacciones tan parcas suscitadas por los ataques en su contra. La ministra suspiró antes de contestar: "Las reacciones no están a la altura (...) Lo que más me asombra es que no se oiga una sola bella voz para alertar sobre la deriva de la sociedad francesa".

Una semana después el semanario ul-traderechista Minute se lanzó a su vez. La portada de su edición del miércoles 13 exhibió un retrato de la ministra con un inmenso titular: "Maligne comme un singe, Taubira retrouue la banane" ("Maliciosa como un chango, la ministra recupera el plátano"). Un juego de palabra con dos expresiones coloquiales francesas: "Ser malicioso como un mono" significa ser muy astuto y "tener el plátano" quiere decir "tener las pilas puestas". Minute aludió así a los aplausos solidarios de los diputados socialistas.

Reacción tardía

Fue sólo después de la entrevista con Liberation y sobre todo tras el golpe de Minute cuando empezó a cundir la indignación. Escritores, intelectuales y artistas publicaron autocríticas apenadas en la prensa.

La primera en expresarse fue la novelista Christine Angot quien confesó en el mismo Liberation. "Dice usted: 'Lo que más me asombra es que no se oiga una sola bella voz para alertar sobre la deriva de la sociedad francesa'. Tiene razón. Permítame una explicación. No dijimos nada porque no sabemos...

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