El anarquismo argentino y la Gran Guerra

AutorDiego Gabriel Echezarreta - Alejandro Martín Yaverovski
CargoFacultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina
Páginas125-153
El anarquismo argentino
y la Gran Guerra
Diego Gabriel Echezarreta
Alejandro Martín Yaverovski*
Resumen
El estallido de la Primera Guerra Mundial provocó en el anarquismo un profundo e
intenso debate que no se circunscribió a sus secciones europeas, ni a la publicación
del pro-Entente Manifiesto de los Dieciséis de Kropotkin, Malato y Grave, sino que
comenzó apenas iniciada la guerra y se expandió por todo el mundo. En Argentina,
el anarquismo se encontraba muy dañado como consecuencia de la represión
del Centenario, y los debates que se produjeron por la contienda agudizaron
los problemas. Cómo interpretar la guerra y qué papel debía cumplir la minoría
revolucionaria, eran las cuestiones que animaron el debate.
Palabras clave: anarquismo, Gran Guerra, neutralismo, política, debates.
Abstract
The outbreak of the World War I caused in anarchism a deep and intense debate was
not limited to its European sections, or the publication of the pro-Entente Manifest
of the Sixteen of Kropotkin, Grave and Malato, om fact it started just begun the war
and expanded worldwide. In Argentina, anarchism was badly damaged as a result
of the repression of the Centenary, and discussions that were produced by the war,
exacerbated the problems. So the issues that impelled the debate were how to interpret
the war and what role should the revolutionary minority have.
Key words: anarchism, World War I, neutralism, policy, discussions.
Artículo recibido el 12-11-13
Artículo aceptado el 30-09-14
* Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina [dechezarreta@
gmail.com] [neoalejandro2020@hotmail.com].
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Política y Cultura, otoño 2014, núm. 42, pp. 125-153
Diego Gabriel Echezarreta • Alejandro Martín Yaverovski
El 28 de junio de 1914, los nacionalistas serbios asesinaron
al archiduque Franz Ferdinand, sobrino del emperador
austrohúngaro Franz Josef, y heredero al trono en Austria-Hungría, detonando
una serie de acontecimientos que el imperialismo y el rearme prepararon
durante el último cuarto del siglo XIX y la primera década del XX, pero que
nadie en Europa efectivamente esperaba como algo que fuera a suceder en el
corto plazo. En los últimos días de julio, media Europa entró en guerra, y en
los meses siguientes, muchos otros países se unieron a esta brutal carnicería
humana.1
Muchos asumieron que la guerra demarcaba un sistema binario en el que
se debía tomar partido: por un lado se oponía a las democracias contra los
imperios, la libertad contra el autoritarismo y el militarismo prusiano. Por otro,
y en términos culturales, la guerra oponía a una Civilización occidental, fruto
del iluminismo, el liberalismo y la Revolución Francesa, contra una Kultur
enraizada en las tradiciones de Alemania. Incluso en los países que no se
involucraron directamente en la guerra, que mantuvieron su neutralidad al
menos los primeros años, la opinión pública también se fragmentó entre
aquellas fuerzas proclives a la Entente (muchas veces ocultando a la Rusia
zarista), y las que respondían a los Imperios de Europa central.
Argentina era uno de estos países. El censo nacional de 1914 reveló que la
población extranjera en el país era del 30% y en la capital federal ese porcentaje
ascendía al 50 por ciento.2 Aunque la mayoría de los extranjeros provenían
de Italia y España, países que no participaron en la guerra durante 1914, esta
enorme proporción de europeos puso a la sociedad argentina expectante de
los acontecimientos del Viejo Mundo. Con este panorama, el mantenimiento de
los vínculos comerciales con el conjunto de los países europeos, seguramente
fue lo que llevó a Victorino de la Plaza a mantener la neutralidad del país en
la conflagración, decisión que mantuvo el radical Hipólito Yrigoyen.3
introducción
1 En Michael Neiberg, Dance of the Furies. Europe and the Outbreak of World War I,
Cambridge, MA., Harvard University Press, 2011, pp. 10-233. Véanse también los clásicos: Marc
Ferro, La Gran Guerra (1914-1918), Madrid, Alianza Universidad, 1984; Michael Howard,
La Primera Guerra Mundial, Barcelona, Crítica, 2009, pp. 29-37; Eric Hobsbawm, La era del
imperio, Barcelona, Crítica, 2009, pp. 310-336.
2 Guy Bourdé, Buenos Aires: urbanización e inmigración, Buenos Aires, Huemul, 1977,
pp. 156-157.
3 Véase Carlos Goñi Demarchi, Yrigoyen y la Gran Guerra: aspectos desconocidos de una
gesta ignorada, Buenos Aires, Ciudad Argentina, 1998, pp. 121-134. Un buen artículo que

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