Entre ambas fronteras: la búsqueda de la igualdad de derechos para las mujeres

AutorAna Lau Jaiven
Páginas235-255

Ana Lau Jaiven. Historiadora. Profesora-investigadora adscrita al Departamento de Política y Cultura, UAM-Xochimilco. Correo electrónico: aljaiven@correo.xoc.uam.mx.

La Sra. Margarita Robles de Mendoza es el prototipo de la mujer de lucha, decidida y tajante en sus argumentos. Ella misma llamase “una fanática” de la causa de la mujer en cuyas filas milita desde muy joven, mejor dicho, desde que era niña, porque aún es joven. Brilla en sus ojos, cuando habla, el fulgor del entusiasmo.1

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La Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) fue la primera organización gubernamental internacional fundada para mejorar el estatus de las mujeres en el continente americano. Se creó en 1928 bajo los auspicios de la Unión Panamericana. La CIM tuvo un impacto significativo en la lucha de las latinoamericanas por conseguir el sufragio. Margarita Robles de Mendoza obtuvo el nombramiento de delegada del gobierno de México en la VI Conferencia Internacional Americana, que se llevó a cabo en La Habana, Cuba, entre el 15 y el 24 de febrero de 1930.2

La demanda por el reconocimiento del voto para las mexicanas fue un tema que ocupó a las sufragistas durante los primeros 50 años del siglo XX. Las continuas negativas a otorgarlo hicieron que las mujeres pugnaran por todos los medios a su alcance para lograrlo. Esta misma petición se dio a lo largo de la región latinoamericana a partir de la organización de clubes y ligas que promovieron la igualdad entre los sexos en todas las legislaciones.

Las sufragistas latinoamericanas en la búsqueda de una ciudadanía plena3 mantuvieron vínculos amistosos con sus homólogas norteamericanas, con quienes desarrollaron un “internacionalismo”4 que ayudó a justificar sus pretensiones políticas y jurídicas al interior de sus países de origen. La ac-Page 237tuación de esas mujeres en las diversas conferencias internacionales en las que participaron compensó el alejamiento de la política y de la diplomacia internacional controlada tradicionalmente por los varones.

La historia de la presencia y actividades de las mexicanas en las Conferencias de la Unión Panamericana ha sido poco estudiada.5 Lo que se conoce muestra las dificultades y los logros que enfrentaron algunas mujeres que se dedicaron a pugnar por alcanzar derechos políticos.6 Se organizaron para presionar a sus gobiernos a fin de que les reconocieran un espacio donde discutir y ser escuchadas sobre los problemas que las aquejaban: legislación laboral, nacionalidad, tráfico de mujeres y, por supuesto, el sufragio.

Recuperar la historia del feminismo sufragista mexicano implica adentrarse en los procesos de cambio social que trajo consigo la lucha de esas mujeres que tomaron conciencia de lo que significaba ser mujer y lo que se necesitaba para empujar cambios en su estatus legal y por consiguiente en las relaciones de género. ¿Qué significado tuvo la participación de las mexicanas a escala internacional?, ¿cuál fue el impacto de esa participación en el movimiento de mujeres?, y ¿cuál fue, si la hubo, la repercusión en nuestro país?

En México, los años veinte y treinta fueron de intensa actividad femenina a favor del sufragio.7 La organización de conferencias nacionales e internacionales influyó positivamente para que las sufragistas posicionaran sus demandas en la escena política nacional y que, incluso, en la prensa se mencionaran continuamente esas actividades.

He elegido examinar la figura de Margarita Robles de Mendoza8 como ejemplo para conocer la manera en que algunas mujeres conformaron agrupaciones con el objetivo de participar en el escenario nacional y cuál fue su actuación e impacto en la esfera internacional. El desempeño de esta mujer nos llevará de la mano por la conflictiva década de los años treinta en MéxicoPage 238 en donde la organización femenina destacó por su militancia y presencia en el ámbito público. La recuperación de la experiencia de lucha de Robles de Mendoza en su carácter de delegada ante la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) y en la fundación de la Unión de Mujeres Americanas (UMA) resulta importante para estudiar el movimiento femenino desde fuera del espacio tradicional de la capital del país.

¿Quién fue Margarita Robles de Mendoza?

Margarita Robles Díaz nació en la Ciudad de México el 28 de septiembre de 1896. Su padre Pedro Robles era masón de alto grado y su madre Elisa Díaz de Robles, liberal. Asistió al Colegio Normal Metodista en Puebla –como antes lo había hecho su padre–, y obtuvo su título profesional de maestra. Hacia 1921 viajó a California graduándose como psicóloga educacional en el Pomona College de Clearmont.9 Inmediatamente después consiguió permiso del estado de California para ejercer como maestra.10 Estuvo casada con el abogado Salvador Mendoza, de quien se separó, sin obtener el divorcio. Tuvo un hijo, Guillermo Mendoza, nacido en 1924.11 En todos sus escritos aparece con su nombre de casada.

Robles refiere haberse afiliado a la Revolución Mexicana desde 1913, estando encargada de distribuir propaganda y servir de enlace para enviar mensajes de agentes estacionados en Tepic. Militó bajo las órdenes de Lucio Blanco y posteriormente se unió a Venustiano Carranza a quien acompañó a Veracruz12 y luego en 1920 a “la expedición en que perdió la vida”.13 Cabe explicar que como ella, muchas mujeres se adhirieron al constitucionalismo y apoyaron al primer jefe en la campaña proselitista que emprendió para darPage 239 a conocer su programa; las mujeres fueron sujetos importantes en la distribución de propaganda. Asimismo, cuando Carranza volvió a la capital, muchas de sus seguidoras se integraron a la burocracia gubernamental como debió haber pasado con Robles de Mendoza, quien a finales de la década de 1920 aparece como delegada de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en Nueva York, cargo honorario por el cual demandó en varias ocasiones al presidente Portes Gil remuneración sin conseguir respuesta afirmativa. En enero de 1928 encontramos que fue enviada al suroeste de Estados Unidos para promover las escuelas para mexicanos. Conocidas éstas como “escuelitas”, se establecieron en su mayoría en estados como Texas y California.14 “Afirma haber sido oficial de segunda en Agricultura y Fomento entre 1914 y 1915 y maestra de inglés hasta 1920. En 1923 fue oficial primera en aduanas”.15

Robles de Mendoza se declara feminista, escritora, periodista, oradora y subraya no tener conexión con ninguna secta religiosa; era conocida como una buena conferencista y aguerrida luchadora por los derechos de la mujer. Su vida transcurrió entre Washington y Nueva York donde tuvo contacto con sufragistas de la talla de Doris Stevens (1892-1963) y Alice Paul (1885-1977).16 Escribió artículos para periódicos y revistas y fue autora de La evolución de la mujer en México, compilación de sus conferencias, editada en 1931,17 Ciudadanía de la mujer mexicana, en 193218 y el mismo año el Silabario de la ciudadanía de la mujer mexicana.19

A pesar de su interés por regresar a trabajar en el país, fueron casi nulos sus esfuerzos por lograrlo, de ahí que se haya desempeñado en el país vecino. Esta lejanía provocó que las sufragistas mexicanas desconfiaran de ella y no la tomaran en cuenta dentro de las organizaciones que conformaron. No obstante, por sus relaciones con políticos y hombres cercanos al poder obtuvo prebendas y consiguió algunos cargos. Militó en el Partido Nacional Revolucionario (PNR) y trató de incorporar a las mujeres a dicho organismo político con la promesa de que el partido incorporaría a las mexicanas a la vida cívica y política de México. Para ella la ciudadanía “era un derecho y una obligación que la mujer debe compartir con el hombre. No hay ningún principio social,Page 240 jurídico o moral que científicamente impida igualdad de hombres y mujeres ante la ley y consideraba el voto como parte de la ciudadanía”.20

En 1936 integró al PNR el Consejo Nacional del Sufragio Femenino para luchar por la igualdad de las mujeres ante la ley.21 Estuvo activa en el país durante el periodo cardenista en donde ante la promesa de la reforma del artículo 34, participó varias veces en mítines y ofreció discursos acerca del sufragio. Se manifestó frente a la Cámara de Diputados portando carteles alusivos donde exigía la emancipación de la mujer. A estas mujeres se las llamó entonces “mujeres sándwich”, por la manera en que cargaban las demandas en el cuerpo.22

En su primer informe de gobierno (1935) el presidente Lázaro Cárdenas señaló la necesidad de que el PNR buscara un acercamiento con las masas, principalmente con los sectores juvenil y femenil. Entre las medidas que se tomaron para cumplir esta promesa estuvo la de transformar la sección femenil en una de acción femenina que dependiera directamente del Comité Ejecutivo Nacional que entonces presidía Emilio Portes Gil quien designó a Margarita jefa de acción femenina y directora del comité para reorganizar dicho sector debido a consideraciones amistosas. Anna Macías hace notar que el nombramiento no fue bien recibido por las feministas mexicanas que adujeron el desconocimiento de Robles de Mendoza del contexto mexicano, motivo por el cual fue removida.23 Desanimada por la respuesta de sus conciudadanas que la ignoraron, ese mismo año formó una federación de mujeres, la Unión de Mujeres Americanas (UMA), para trabajar por la paz e igualdad de derechos, así como para promover la amistad y comprensión de las mujeres de las Américas; el grupo estuvo compuesto por 49 organizaciones femeninas de todo el continente y tuvo su sede en el Hotel Biltmore en Nueva York.24

Su hoja de servicios da cuenta de que en 1941 ingresó al servicio exterior como canciller de tercera y en 1946 fue ascendida a canciller de segunda.25Page 241 Su...

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