A Amado Yáñez se le acabó la protección panista

AutorArturo Rodríguez García

Cinco años antes, en octubre de 2007, un naufragio de botes salvavidas -llamados "mandarinas"- de la plataforma petrolera Usu-macinta había causado la muerte de 22 trabajadores; pero hasta entonces la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) jamás había inspeccionado una embarcación por seguridad e higiene, hasta el 29 de junio de 2012, cuando lo hizo en la Caballo de Trabajo.

La función del barco inspeccionado era dar mantenimiento y rehabilitación a plataformas petroleras. Fue por ese tipo de actividad en la flota de Oceanografía que legisladores como Manlio Fabio Beltrones exigían investigar su responsabilidad en el mal estado de las mandarinas de la tragedia de 2007, pero el entonces secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, aseguró siempre que dicha empresa no estaba implicada.

Caballo de Trabajo es un barco multipro-pósito de 81.6 metros de eslora por 16 de manga, con un helipuerto y dormitorios para las prolongadas estancias de su tripulación; no es el más grande de la empresa del polémico Amado Yáñez Osuna, pero los resultados de la inspección -gestionada por los propios trabajadores de la empresa- arrojaron luz sobre las pésimas condiciones de seguridad con que operaba.

Mediante una solicitud de acceso a la información (folio 0001400109814) fue posible corroborar que aquella fue la primera acción realizada por la STPS durante los gobiernos panistas y tuvo lugar meses después de que asumiera la titularidad de esa dependencia Rosalinda Vélez Juárez, quien sustituyó a Lozano Alarcón.

Entre los resultados de la inspección se documentó que el barco carecía de reglamento interno de seguridad, estudio sobre riesgos de incendio así como de obligaciones relacionadas con el manejo y almacenamiento de sustancias químicas peligrosas o contaminantes del ambiente laboral.

Tampoco tenía estudios y previsiones sobre corte, soldadura y generación de ruido; nada de lo estipulado en la norma relativa a la elevación o cambio de condiciones térmicas, ni sobre el manejo de recipientes con presión o calderas y mucho menos sobre la iluminación de interiores y áreas de trabajo.

En total, la inspección concluyó la necesidad de aplicar 24 medidas urgentes. Pero no fue todo. De acuerdo con empleados de la Dirección Federal de Inspección de la STPS que participaron en el proceso -y quienes pidieron mantener bajo reserva sus identidades por no estar autorizados a declarar-, los obstáculos se presentaron desde que la Capitanía de Puerto intentó...

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